Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad. El humo causado por el derrumbe de las Torres Gemelas todavía no se había disipado cuando las teorías conspirativas acerca de qué fue lo que “realmente” pasó ese día comenzaron a recorrer el mundo.
La comisión que se encargó de la investigación de los hechos no sólo no despejó esas dudas sino que instaló un nuevo debate acerca del probable encubrimiento de la clase política estadounidense de lo que muchos consideran la mentira más grande de todos los tiempos.
Hace 10 años, el 11 de septiembre de 2001, cuatro aviones de pasajeros fueron secuestrados por 19 miembros de la red Al Qaeda (de Osama Bin Laden), divididos en cuatro grupos. En cada una de esas células terroristas suicidas había un piloto que se encargaría de utilizar la aeronave como un arma, dirigida al punto deseado.
El Vuelo 11 de American Airlines y el Vuelo 175 de United Airlines fueron estrellados por los terroristas contra las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York. Ambas torres se derrumbaron en las dos horas siguientes.
La torre siete del World Trade Center se derrumbó sorpresivamente ocho horas después de los ataques pese a que no fue impactada por ningún avión.
Otro avión secuestrado fue el Vuelo 77 de American Airlines que impactó contra la esquina del Pentágono en Virginia.
El cuarto avión fue el Vuelo 93 de United Airlines, que se estrelló en un campo abierto, en Shanksville, Pensilvania, luego de que los pasajeros y los tripulantes pelearan en su interior con los terroristas para tomar el control del aparato.
En este día trágico murieron más de 3.000 personas.
LOS PUNTOS OSCUROS
Diferentes autores niegan muchas de las explicaciones oficiales exponiendo hechos irrefutables o sacando a la luz testimonios de testigos y hasta declaraciones involuntarias de autoridades en los primeros minutos de los atentados, cuando todo era caos y confusión.
Las teorías apuntan sobre todo a una gran conspiración orquestada por el gobierno de George W. Bush, que habría encubierto los ataques o, según las hipótesis más radicalizadas, lo habría provocado.
Andrés Repetto expuso en su libro “La Última Cruzada” (Ediciones B, 2006) algunas de las teorías de la organización civil “9-11 Truth Org”, cuyos miembros pretenden esclarecer lo que ocurrió realmente el 11 de septiembre de 2001. Ellos afirman tener pruebas irrefutables de lo que, según sostienen, fue una conspiración del propio gobierno de Estados Unidos.
Según esta organización, los aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas fueron guiados de alguna manera por control remoto. En el interior de los edificios, al momento de las colisiones, se habrían producido, además, varias detonaciones. Para “9-11 Truth Org”, otro indicio de que hubo explosiones en las estructuras de las Torres es que, cuando se derrumbaron, el polvo de los escombros formó una especie de racimo típico de las implosiones. La organización recogió en su informe independiente los testimonios de varios periodistas, bomberos y testigos de aquel día que aseguran haber escuchado detonaciones.
Además del derrumbe de las Torres Gemelas, esta organización se pregunta por qué la investigación oficial no mencionó en su informe final la demolición o desmoronamiento del Edificio 7 del World Trade Center. La caída de esta mole se produjo en tan solo seis segundos y medio, sobre su base, y sin inclinaciones, de la misma manera que ocurrió con las Gemelas.
El periodista francés Thierry Meyssan sostiene en su libro “La Terrible Impostura” que el Edificio 7 del World Trade Center escondía una base de la CIA destinada al espionaje económico de Nueva York. ¿Fue su caída provocada para ocultar algo? ¿Qué?
¿UN AVIÓN? ¿DÓNDE?
La teoría central de Thierry Meyssan es que el Pentágono jamás fue golpeado por un avión. Su libro causó tanta polémica que hasta el propio Pentágono le respondió en su página web. El escritor y periodista asegura que sólo un misil estadounidense puede ingresar a espacio aéreo del Pentágono sin desencadenar una respuesta de las baterías anti-misiles del edificio. De haberse tratado de un Boeing, según Meyssan, debieron haber quedado los rastros de las alas y el fuselaje en los jardines que rodean al ala del Pentágono afectada, y eso no ocurrió.
Además es casi imposible que un Boeing haga un vuelo a ras del suelo en esa zona y haya golpeado donde lo hizo. Por otro lado, en el hueco dejado por el impacto no entra de ninguna manera un Boeing.
El pentágono está vigilado por decenas de cámaras y, sin embargo, no hay filmaciones precisas del momento del impacto. Sólo una que en lugar de despejar dudas solo generó más polémica.
Thierry Meyssan destaca el hecho de que el atentado haya sido justo en un área en reparación, causando pocos y "estratégicos" muertos y en el lugar opuesto a las oficinas del por entonces Secretario de Defensa Donald Rumsfeld.
Al mismo tiempo que un fuselaje de más de 1.000 toneladas y las turbinas de titanio “desaparecieron” fundidas por el fuego, "milagrosamente" pudo reconocerse a los cadáveres de las víctimas por las huellas dactilares y hasta se encontró intacto el pasaporte de uno de los terroristas...
Refiriéndose a los ataques en el World Trade Center, Graziano arriba a conclusiones tan interesantes como inquietantes:
Que los terroristas no sabían pilotear avionetas pero si boeings con precisión asombrosa y que sometieron a cientos de pasajeros armados con cuchillos de plástico.
Que es físicamente imposible que el incendio posterior a los impactos derritiera la estructura de acero de las Torres Gemelas.
Que derrumbes de ese tipo sólo pueden lograrse por demolición controlada.
Que inmediatamente luego de los atentados en las Torres Gemelas, se hizo presente en el lugar la empresa Controlled Demolition Inc.
Que los restos de las torres derrumbadas se vendieron inmediatamente a China y Corea del sur, haciendo imposibles las pericias forenses.
Que pese a que las torres fueron diseñadas especialmente a prueba del impacto de aviones cayeron a pocos minutos de ser impactadas.
Que George Bush declaró dos veces a la prensa que vio por TV desde Miami, el impacto del primer avión en la torre norte, cosa que ningún medio transmitió.
Que se produjo una inusual actividad de venta relacionada con las acciones de American Airlines y United en los días previos a los atentados a través de un banco que había sido dirigido recientemente por uno de los directores de la CIA.
Que la cepa de ántrax utilizada por presuntos terroristas luego de los atentados, sólo es producida en los Estados Unidos y que cuando se descubrió que el ántrax fue enviado por un científico de Biodefensa del gobierno de Bush, el tema "desapareció" de la prensa.
Que algunos de los terroristas que “secuestraron” los aviones en realidad no estuvieron en esos días en suelo estadounidense.
Que se concedió permiso de salida de los Estados Unidos y sin ningún tipo de interrogatorio a los familiares de Bin Laden (históricos socios de la familia Bush), con escolta del FBI.