Huitzilopochtli era dios de la guerra y del Estado, patrono de mexicas, quienes en su nombre conquistaron la mayor parte de Mesoamérica en el Posclásico. Ha sido identificado por muchos investigadores con el Sol. Generalmente, su imagen era representada con un yelmo de colibrí en la cabeza, con una mano sostiene una serpiente de turquesa y con la otra un escudo con cinco adornos de plumones, una bandera ritual de papel y el Xiuhcóatl “serpiente preciosa”, su arma mágica. Con frecuencia también cargaba en la espalda un adorno llamado el anecúyotl, que es la cabeza de un animal fantástico. Su cuerpo estaba pintado de azul, y a veces su cara con rayas horizontales azules y amarillas o bien llevaba la llamada “careta estelar”.
Huitzilopochtli fue también uno de los cuatro hijos de la pareja creadora; se dice que nació sin carne, con los puros huesos “señor de los huesos”
Otra versión del mito se dice que cuando Coatlicua, “la de la falda de serpientes”, se encontraba barriendo como penitencia en el cerro del Coatepec, cayó del cielo un plumón que la embarazó. Al enterarse del estado de su madre, sus hijos Coyolxauhqui y los cuatrocientos Huitznahua decidieron matarla. Cuando se aprestaban a hacerlo nació milagrosamente Huitzilopochtli totalmente armado, y con la Xiuhcóatl, “serpiente turquesa”, destruyó a sus hermanos, despedazando a Coyolxauhqui. El cerro del Coatepec, que no solamente es importante en el nacimiento de Huitzilopochtli, sino en muchos otros mitos, era representado en el Templo Mayor de Tenochtitlán , centro del mundo, en donde se adoraba también Tláloc el dios del agua.
Tláloc era el Dios de la lluvia y de los campesinos, pero así mismo tenía relación con otros dioses como el de los pescadores y los cazadores acuáticos Es uno de los dioses más antiguos e importantes de toda Mesoamérica, su esposa era la diosa de los ríos. Era representado significativamente por una especie de anteojos formados por dos serpientes entrelazadas y cuyos colmillos terminaban en las fauces de Tláloc. Su cara estaba pintada de negro y azul , a veces de amarillo sucio. Su ropa estaba machada de gotas de hule que representaban la lluvia. Este Dios encomendaba a sus tlaloques los cuales manejaban cuatro vasijas de agua colocadas en las esquinas del universo y las cuales representaban cuatro clases de lluvia.
Era el señor de Tlalocan o el paraíso del Oriente a donde iban la almas de los que morían ahogados. Preside uno de los cuatro soles. Residía en uno de los templos mayores donde eran reunidos los esclavos que se sacrificaban en su honor, la mayoría ancianos, enfermos y niños. En el sumidero se arrojaban en su honor los corazones de los sacrificados.
Era uno de los mas festejados del año dada a la importancia que tenía la lluvia en la agricultura.
HUITZILOPOCHTLI DIOS DE LA GUERRA. EXIGIO EN UN SOLO DIA 16,OOO CORAZONES. – ESTABA NECESITADO DE MUCHA ENERGIA.
EL VALOR DE LOS SACRIFICIOS.
Los sacrificios humanos tuvieron en las culturas Mesoamericanas un extremado valor, particularmente entre los mexicas, aún cuando en menor grado los Mayas.
El propósito de los sacrificios humanos con el desprendimiento del corazón era alimentar el apetito de los Dioses, calmarlos en determinados momentos , pero mantenerlos satisfechos para que en esa forma las rogativas por sus beneficios fueron escuchadas, por ejemplo el triunfo en la guerra o que la lluvia regara los campos.
La sangre jugaba un elemento fundamental por el hecho de creer que allí radicaba la vida, la cual era ofrendada al Dios como un alimento fundamental en su existencia . La anterior creencia llevo a los Aztecas y otros pueblos a tomar la conquista de pueblos por motivos políticos, pero además obtener esclavos para el sacrificio.
Bernal Días del Castillo en sus crónicas nos habla de lo horrible que era el penetrar a un templo mayor donde el olor a carne era insoportable esto unido all humo del incienso y la sangre que bañaba el piso y las paredes. Se dice que Huitzilopochtli, por supuesto a través del sacerdote y el hacha ceremonial, exigió en cierta oportunidad el sacrificio de miles de seres en un solo día.
EL AUTOR DE ESTE ARTICULO FRENTE A LA GIGANTESTA ESCULTURA DE TLÁLOC. SE SABE QUE CUANDO ENTRABA EN DOS PLATAFORMAS AL D.F. MÉXICO, HUBO UNA TERRIBLE TORMENTA QUE OCACIONO SERIAS INUNDACIONES EN VIADUCTOS, CALLES Y VIVIENDAS.
UNA HIPÓTESIS DESCABELLADA PERO LÓGICA.
El alimento de los Dioses físicamente era la sangre, la cual es el sustento de la vida, pero en la práctica esto es infuncional, solo es explicado por la mitología asociada a las creencias particulares de cada pueblo, excepto aquellos que la bebían , con lo cual al menos se constituía como un elemento proveedor de nutrientes.
Existe una hipótesis en la cual , partiendo de la idea en que los dioses inducían a los hombres a realizar ofrendas de distinto tipo, el del sacrificio era el más importante. La pregunta es ¿por qué? Desde la Biblia, libro sagrado de la franja hoy llamada Cercano Oriente, hasta los pueblos celtas, así como los hindúes y pueblos americanos, el sacrificio como fuente de energía y vida, prevaleció como una manera de saciar el hambre de los dioses. No una forma física si no espiritual, quizá aplicando el término para propósitos de este articulo, psíquica.
A que nos referimos con esto último, a que en todas las religiones los dioses exigen un estado máximo de “alteración de la conciencia”. En este estado según los últimos descubrimientos de la parapsicología se genera la llamada energía “Psi”. Es una especie de energía que solo el ser humano exhala en momentos como la muerte, la excitación emocional como la guerra, los disturbios sociales, el sexo, los entretenimientos como los juegos deportivos (campeonatos mundiales, juegos locales importantes), el llamado culto exterior (cortejos procesionales, ceremonias indígenas en lugares sagrados), llegando hasta las alteraciones, como el excesivo stress en toda clase de actividad humana.
Siendo de esa forma las entidades (dioses), han manejado al hombre desde sus inicios le solicitando alimento. No podemos pensar en otra cosa que la energía, esa energía que emana del hombre y la mujer. Salvador Freixedo, ex sacerdote jesuita y escritor del realismo fantástico en su libro “Defendámonos de los Dioses”, lo explico claro.
Los dioses, para este servidor “Entidades de Energía Coherente”, manipulan el planeta como un inmenso generador de energía que los alimenta. Es por esto que aún cuando existan como seres benévolos, “ellos” requieren de un estado emocional alterado de los que los adoran . Templo, la fe a través del dolor, los conflictos bélicos, la contrariedades , la desesperación, la alteración por conflictos políticos o sociales, problemas entre estratos de población, los vicios y desmanes individuales. Si esto es cierto, lo confirmaría el dato en que el mundo en su historia solo ha vivido unos 300 años de verdadera paz , 300 años en mas de 6,000 de civilización.
Por otro lado veamos que los dioses han sido sanguinarios , háblese (aún cuando algunos no les guste), el dios de los hebreos, los egipcios, los Aztecas, los Mayas, los Incas , Celtas, los Hindúes o los aborigenes de la Polinesia.
Los Dioses no están interesados en la paz, si no en la alteración, de eso viven y por allí y por allá ponen intermediarios que se enfocan hacia otros valores, una especie de guardar el balance, pero de todos modos la humanidad se torna hacia lo malo, lo enervante, lo que altera. Todo eso produce energía psíquica, su verdadero alimento.
Quizá en una analogía con el Dios de la Guerra y del estado Huitzilopochtli yo preguntaría. ¿A caso no el estado solo se aprovecha de sus súbditos para subsistir?
LOS DIOSES NO SALVARAN NI DESTRUIRAN NUESTRO MUNDO, SOLO Y SIMPLEMENTE, LO APROVECHAN EN SU BENEFICIO.
(CONTINUARÁ)