El caso del presidente Lincoln
Siglo 30.
Sin duda el fenómeno de premonición o conocimiento del futuro está plenamente demostrado por la multitud de testimonios y experiencias que lo largo de la historia han ocurrido. El problema es doble cuando la ciencia y el razonamiento se enfrentan a este extraño disturbio del tiempo. Digo disturbio pues hasta ahora pareciera que la línea del tiempo va en una sola dirección inmutable la cual va formándose a medida que transcurre. Los físicos no aceptan plenamente que algo viaje más allá de la velocidad de la luz (fotones), con lo cual si esto ocurriera podría adelantarse a ese transitar hasta ahora aceptado.
Lo mismo ocurre con el pasado, donde se hace necesario que los acontecimientos dejen un rastro para poder regresar y recorrerlo de nuevo.
Hablando sobre el futuro, si bien hay filosofías que pretenden solucionar el problema a base de su creencia religiosa, la cosa no es sencilla. Pese a todo el fenómeno existe aun cuando la mayoría de veces el mensaje es difuso y poco entendible. No es sino hasta que los hechos ocurren que se encuentra una coincidencia. La visión del futuro puede venir de simples intuiciones, presentimientos, sensaciones auditivas o visuales o casualidades que se entremezclan.
La gran pregunta es: ¿Si somos capaces de ver o presentir el futuro, podemos cambiarlo? ¿De ser así, donde queda el hecho futuro , existió o no en esa línea del tiempo? ¿Si evitamos generalmente la tragedia , estamos modificando el futuro? Quizá hipotéticamente la respuesta esta en lo que hace mucho tiempo plateamos en nuestro programa radiofónico: “Hay distintas líneas del tiempo como posibilidades hay en la vida” Es como la rueda de una bicicleta de la cual en el centro parten varillas que sostienen el aro, estas son las posibilidades que se van formando de circunstancias de nuestra vida. Al llegar a la periferia, se forma otra serie de líneas y otro aro. En forma lógica y racional nuestra mente determina cual será el resultado de llegar a un determinado punto de los cientos o miles a los que podemos acceder. De está manera estamos modificando solo un futuro de los quizá millones que nos esperan. ¿En que presente o futuro estamos viviendo?¿En que futuro la guerra o política de los Estados Unidos está siendo distinta?
EL CASO DEL PRESIDENTE LINCOLN.
Este caso es quizá uno de los más conocidos en el tema de las precogniciones. Volvemos al asunto: ¿Qué hubiera pasado si el presidente hubiera tomado decisiones que no hubieran convergido en los hechos que desembocaron en su muerte? ¿La historia de los EU fuera otra? ¡Quizá es otra en otra línea del tiempo? A continuación el texto original que dejo para la posteridad el presidente Lincoln, texto que muy rara vez se puede encontrar literalmente.
"Me acosté muy tarde. Había estado esperando ciertos despachos importantes del frente (guerra civil). No podía hacer mucho tiempo que estaba en la cama, cuando me quedé medio dormido, porque me sentía fatigado. Enseguida empecé a soñar. Parecía extenderse en torno mío una calma como de muerte. entonces oí sollozos apagados, como si estuviese llorando una porción de gente. Creí saltar de la cama y bajar las escaleras. Allí, el silencio estaba quebrado por el mismo triste sollozar, pero no se veía a los que gemían. Pasé de habitación en habitación; no había persona viviente, pero el mismo eco gimiente de dolor me salía al encuentro al pasar. había luz en todas las dependencias; todos sus objetos me eran familiares; pero, ¿dónde estaban aquellas personas que gemían como si se les fuese a romper el corazón? Me sentí desorientado y alarmado. ¿Qué podía significar todo aquello? decidido a averiguar la causa de un estado de cosas tan misterioso inquietante., seguí andando hasta que llegué a la Sala Este, donde entré. Allí me encontré con una sorpresa que me dejó helado. Delante de mí había un féretro, en el cual yacía un cadáver amortajado en veste funeraria. alrededor montaban guardia unos soldados; y había multitud de personas, algunas d las cuales miraba con ojos tristes al cadáver, que tenía ela cara cubierta, y otros lloraban amargamente. '¿Quién ha muerto en la Casa Blanca?' Pregunté a uno de los soldados. 'El presidente', contestó; '¡lo mató un asesino!' Entonces surgió del gentío una fuerte exclamación de dolor, que me despertó. Ya no dormí más aquella noche; y, aunque solo fue un sueño, me ha venido molestando extrañamente desde entonces.
Semanas después, la noche del 14 de abril (viernes Santo), Lincoln estaba en el teatro Ford, viendo la comedia inglesa Our American Cousin. En el acto tercero, Jonh Wilkes Booth entró al palco, dnode se encontraba Lincoln y colocó el corto cañón de su pistola tras la oreja del Presidente. La explosión apenas fue advertida por el público y Booth saltó del palco al escenario gritando: "Sic Semper tyrannis" (Así siempre a los tiranos).
A primeras horas de la mañana siguiente, Lincoln moría en la casa de William Pareso, sastre que vivía en la acera frente al teatro. El secretario de Guerra Stanton, quién llamara antaño a Lincoln "Simio de Illinois", lo inmortalizó el momento después de morir con la frase: "Ahora pertenece a los Tiempos".
Tomado de: Bibliografía: BASLER, Roy P. Lincoln: Biografía completa e ilustrada