ADEMÁS,  EDIFICIOS CINES FANTASMAS DE LA CIUDAD DE GUATEMALA.

Eduardo Mendoza P. Siglo 30.

Sobre Luis Moya en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México se encuentra un edificio construido a finales de los años treinta.  Fue su objetivo una sala de cine, de esas que causaron furor en aquellos viejos tiempos.  Las salas de películas fueron tornándose antiguas  y víctimas de las  nuevas tecnologías además,  del costo del viejo celuloide.  

Por si fuera poco la introducción del video casete y posterior DVD  traían las producciones  cinematográfica al alcance de quien tuviera una reproductor de cinta o disco compacto.  Por otro lado ir  a una sala de cine con proyector que se surtía de una llama  la cual  salía de dos electrodos de carbón o un bombillo incandescente lo que daba una calidad más o menos aceptable, el gran público fue poco apoco dejando de asistir en masa a las salas de cine que existían por aquel entonces.

Teatro Orfeón visto desde la Luis Moya, Centro Histórico de la ciudad de México. Fotos del autor.

LA HISTORIA.

Lo anterior le paso a cientos de salas de cine no solo en México si no en Guatemala y toda Latinoamérica.  Hoy nos vamos ha referir a la visita reciente que realice al DF, México.  Como es hábito particular  me hospedo en el Centro Histórico donde existen mil y una historia que provienen de la colonia y arrastran mil un caso de fantasmas.    Siempre me atrajo la rara vida del cine Orfeón, luego convertido en teatro. Asistí mas de alguna vez  ha su interior  aun cuando no por el interés de la producción cinematográfica que se exhibía, si no por admirar su interior lo cual era una vuelta al pasado. Cerró como tantas salas y fue remodelado para convertirlo en teatro.  Observé  por suerte como se abrían sus puertas en las funciones de reinauguración con la obra “La Bella y la Bestia” en temporada que duro de septiembre de 2007 al 2008.  Miles asistieron durante un año a ver la escenificación, los datos indican más de medio millón de personas, eran filas que daban vuelta a la esquina de Independencia o Artículo 123. Todo auguraba una larga vida de éxitos, pero de pronto nadie pudo imaginarlo que aquella obra fuera la primera y la última, cerro sus puertas a finales del 2008.  Quedo abandonado, con sus cortinas cayendo a pedazos y sus butacas siendo comida de polillas hasta que finalmente el caserón fue convertido en bodega.

Siempre tuve la gana de entrar a ver su interior, pero siempre me fue prohibido a veces por guardias mal encarados y otras veces corteses.

Edificio visto desde arriba, las plantas parásitas crecen sobre su techo.

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RELATOS  PARA TODOS LOS GUSTOS.

Al preguntar a quienes trabajan en sus inmediaciones, empleados de hotel, de comedores populares o de pequeños negocios, todos dicen no saber nada de lo que  paso o mejor callan para no meterse en problemas.  Una de las versiones es que los dueños de la empresa se metieron en dificultades con un socio u otro empresario por costos y ganancias, pese a que la Bella y la Bestia permaneció un año en cartelera.   Otros dicen que tuvo mala suerte y que los pleitos eran constantes. .  Algunos más cuentan que era muy caro y la gente poco a poco asistió menos, hasta llevarlo a la bancarrota.  Historias para todos los gustos.

Interior de la entrada del emblemático teatro Orfeón mostrando sus pesadas puertas. 

NADIE QUIERE HABLAR A LA GRABADORA.

Sobre lo que allí ocurre pocos se atreven a decir, mucho menos los que lo han guardado como vigilantes su interior.  Quizá por que solo están por el día o por que no creen.  Una señora de edad de las que aún le fascinan las historias de miedo me dijo “Off Record”, que algunas veces se escuchan murmullos y como si adentro hubiera gente,  Un empleado de hotel que lleva mucho años trabajando frente al inmueble nos relata en voz baja que el no ha visto nada, pero si le  han contado gente que suele pasar por el frente dado a su trabajo nocturno, que han visto sombras que se mueven en la entrada de las gigantescas puertas.    Un cargador de cajas que casualmente hacía su trabajo durante nuestra visita dijo rápidamente: “A mi me da miedo, a veces siento que alguien me sigue cuando voy caminando” 

Lo cierto es que el viejo y fuerte edificio (resistió el terremoto de 1985), luce lúgubre, mustió, y huele a viejo visto desde la Luis Moya.   Nos acercamos a su metálica malla de barras que impide el paso a su interior y siendo la de noche realizamos un barrido fotográfico.

Desde la ventana de un edificio de enfrente tomamos una cuantas fotos y pareciera que el inmueble  fuera un viejo decrepito que pide a gritos ayuda.   Esto mismo pasa con otras edificaciones que están abandonadas y que en un tiempo sirvieron como salas de cine en Guatemala, tales como  teatro Alameda, Sexta Avenida, Venecia, Real, Moderno, Doral,

Norte, Colón, Variedades, Tropical, Bolívar y otros tantos más, lo cual será tema de otro artículo.   EMP. 

En el barrido fotográfico se mostraron varios ORBs, extrañas esferas transparentes. Ver izquierda inferior de la fotografía.