Eduardo Mendoza P. – Siglo30
Serán muchos los que no estarán de acuerdo con el título de este artículo. En particular militares, escépticos y por ahí algún científico, pero los hechos documentados revierten cualquier argumento que se intente para poder refutar lo que sucedió en el mayor conflicto bélico de la historia. Son varios los misterios que envuelven los jirones de 6 años de guerra donde seguramente se decidió en gran parte el futuro que hoy vivimos.
No nos detendremos en uno que con toda veracidad ocurrió sobre la costa del Pacífico de Estados Unidos, hablamos de California, específicamente de la ciudad de los Ángeles. Es un hecho muy conocido y publicitado por los medios en aquel entonces.
LOS NO IDENTIFICADOS DE LOS ÁNGELES.
El 7 de diciembre de 1941 Estados Unidos entró de lleno a la Segunda Guerra Mundial, la cual se libraba en tierras europeas, por ende alejada por un inmenso océano, el Atlántico. Quizá por esta razón los norteamericanos no sentían temor a un ataque, pero luego de Pearl Harbor el temor de una invasión nipona se acrecentó, sin embargo las cosas iban tranquilas.
El 24 de febrero de 1942 cuando el sol caía unas extrañas luces aparecieron en el horizonte del mar, Parpadeaban y eran claramente visibles. Durante la aparición hasta las 10:30 de la noche la alarma estuvo presente ya que se temía un ataque japonés o peor aún, una invasión a territorio americano.
En horas de la madrugada del 25 los radares detectaron a unos 200 kilómetros al oeste de la ciudad un objeto no identificado el cual fue esperado por las baterías antiaéreas, pero luego de algunos minutos este desapareció misteriosamente. El asunto se tornó más enigmático porque vigías a lo largo de la costa reportaron más objetos, pero los radares no los detectaban. Decenas de reflectores lanzaban su haz de luz al cielo y las nubes.
02:25 de la mañana apareció una formación de aparatos sin identificar y fue entonces que tronaron los cañones lanzando cientos de obuses. Fueron llamados unos 12 mil vigías para observar el mar. Las observaciones tanto de personal seleccionado como de habitantes de la costa reportaron objetos plateados que se movían a unos 3 mil a 6 mil metros de altitud y con velocidades inusuales de 250 a 300 kilómetros por hora.
Un millón de habitantes sufrieron un apagón de cinco horas y la tensa calma retornó cuando ningún ataque o bomba cayó sobre los Ángeles.
Reporte gráfico aparecido en el diario Los ángeles Time, un día después de la batalla.
LA VERDAD DE LA BATALLA.
El reporte inicial del ejército y la marina informó que no se habían detectado aviones japoneses y agregaba que muchos testigos solo reportaron bolsas grandes que flotaban y luces rojas en el horizonte, sin embargo algunos agregaron que fue vista una gigantesca nave o aparato contra el cual las descargas de proyectiles nada podían hacer.
El balance no pudo ser más extraño: a). No hubo ningún ataque. 2.) No hubo ningún daño. 3). no fue derribado ningún supuesto avión enemigo.
El informe que posteriormente fue desclasificado en 1974 y firmado por el Jefe de las Fuerzas Armadas general George C. Marshall y dirigido al presidente Roosevelt con fecha 26 de febrero de 1943 decía:
1. Eran aviones no identificados contra los cuales se dispararon 1,430 balas de munición.
2. Pudo haber hasta 15 aviones volando a velocidades muy lentas los cuales no lanzaron bomba alguna. Tampoco hubo nigua baja entre nuestra tropa. No se derribó ninguna nave. No intervino ningún avión nuestro.
3. Pudieron ser aviones comerciales espías, piloteados por enemigos.
Ante esto sin duda es uno de los grandes misterios de la Segunda Guerra Mundial y la primera de muchas apariciones misteriosas de Objetos Volantes No Identificados.
En el próximo: “La extraña guerra de los Pips fantasmas de la Aleutianas”. .