PP. Alvuréz
Por fin el día ha llegado. Rodrigo y Juanita están listos.
Desde hace unos días, han comenzado a prepararse para el ascenso. Empacaron bastante para beber y comer. No obstante, tuvieron cuidado de no llevar demasiado. Cada gramo tiene que ser de uso.
Con los víveres y el equipo atado con correas a sus espaldas, los dos aventureros empiezan el gran ascenso.
Paso a paso progresan hacia la cima. De pronto, los sorprende un chubasco, pero están preparados para este caso.
El camino se convierte en deslizante. Rodrigo tiene que hacer un salto para alcanzar el siguiente asidero.
Viendo hacia Rodrigo ella escucha una voz tenue a lo lejos.
— “¡Rodrigo! ¡Juanita!”
Juanita gira su cabeza pidiendo:
— “¡Un poco más papá!”
— “¡Rápido, rápido, bájense del pasamanos, Mamá está esperando en el coche!”
Los niños que se portan bien saltan de las barras, se ponen de pie y corren hacia donde está su Mamá. Al llegar al coche un ruido muy grande se escucha, el pasamanos se quiebra y cae al abismo.
Su madre les dice “Que suerte y que milagro” . Es cuando los niños se dan cuenta que la voz que escucharon provino de quien había fallecido dos años antes , su Papá. 18 - 9 - 1917,