Desde: La Plata – Argentina
Año 1979. Provincia de Córdoba.
Fabián y Daniel se encuentran en la habitación del primero. Hablan sobre platos
voladores y extraterrestres. Fabián, quien por aquel entonces tenía 12 años, se
levanta y se sienta en su cama. En ese instante ve todo negro y al siguiente
momento se ve flotando en la habitación. Debajo de él está su propio cuerpo, inerte
sentado en la cama y Daniel que lo mira perplejo.
Siente que vuela. Al poco tiempo ve un
océano y se sumerge en él. Le extraña que sea de noche, ya que en su casa de
Córdoba hasta hace poco era pleno día.
Prosigue su viaje, ahora en el agua.
Sumergiéndose cada vez más profundo llega a una especie de ciudad submarina.
Grandes esferas de vidrios de kilómetros de diámetro. Se destaca una inmensa
pirámide del mismo material.
Ya dentro de la ciudad, es recibido por un
grupo de seres pequeños, de un metro veinte aproximadamente. Es conducido a una
sala y colocado en un sillón similar a los utilizados por los dentistas. La
descripción del lugar coincide con el de la mayoría de testigos que son
abducidos. La visita es corta. No le hacen nada. Simplemente lo observan y
pareciera que dialogaran entre ellos.
En seguida lo regresan a su casa flotando.
Cuando está sobre su habitación ve nuevamente su cuerpo y a su amigo Daniel
llorando ante él. Luego todo es oscuridad. Abre los ojos. Al fin está de nuevo
en su cuerpo. No sabe lo que pasó, no recuerda nada…
Esa noche mientras dormía se le aparecen en
su habitación sus pequeños amigos. Todo ocurre de una manera rápida y
sincronizada. "Uno de ellos agarra un aparato y me lo acerca a la
cabeza", se escucha en la grabación de la regresión hipnótica que le
efectuaron hace poco… "¡¡¡AAAAAYYYYYYYY!!!… ¡¡¡MAMAAAA!!!"
resuena la voz de Fabian en mi habitación mientras escucho por sexta vez el
relato. Aunque hoy es un hombre de 30 años en la regresión se comporta como el
chico de 12 que era entonces.
Algo gelatinoso y orgánico, de medio
centímetro de diámetro, le fue colocado en su cabeza. Según le dijeron estos
seres, se lo pusieron porque "se quieren comunicar conmigo cuando yo
sea grande". Ni las radiografías, ni la tomografía computada
descubrieron el supuesto implante. De todas formas aún queda la resonancia
magnética como última posibilidad para descubrir la prueba concluyente.
Tiempo después empieza a mantener contactos
con estos seres. Pero no solamente con los bajos, sino también con
"Xul", de 2,20 metros quien sería comandante de nave y le reveló que
venían de Ganímedes. Sus mensajes de paz y amor contrastan con el dolor que
sintió cuando le pusieron aquello en su cuerpo.
La galería de personajes se completa con
"Sumo", también alto y rubio, y finalmente figuras extrañas cubierta
con un traje con capucha similar a los utilizados por los monjes.
Pero no todo fue traumático. Su esposa,
quien no podía tener hijos, recibió la visita de uno de estos seres y le toco
el dedo, dejándole marcado un círculo. "Algo muy especial te va a
ocurrir", le dijo. Al poco tiempo queda embarazada. Hoy en día tienen
un hijo de un año.
Todas estas experiencias le dejaron a
Fabián la virtud de poder detectar la presencia del fenómeno OVNI. Por ejemplo,
en noviembre de 1994 estando junto a dos amigos en el centro de la ciudad de
Río Cuarto, provincia de Córdoba, siente dicha presencia. Entra a su casa, toma
la cámara fotográfica y toma una foto. Al revelarla, aparece un objeto en la
misma cercano a dos aviones de la Fuerza Aérea que estaban sobrevolando la
región en ese momento. ¿Fue simple casualidad o realmente percibió la presencia
del OVNI?
Un estudio cromosómico revela que el
cromosoma 18 está alterado. ¿Otra simple coincidencia?
Dos posturas opuestas
En el 3er Congreso de Ovnilogía
organizado por la RAO (Red Argentina de Ovnilogía) en la ciudad de Mar del
Plata, tuve la oportunidad de conocer el trabajo de un par de grupos con
posturas encontradas con respecto al tema de las abducciones y visitantes de
dormitorios.
El primero, el grupo CIFO de la ciudad de
Rosario, presentaron un trabajo a través de Juan Acevedo y el Dr. Nelson
Berlanda quienes sostienen que el fenómeno abducción es algo de naturaleza
desconocida que se interna en nuestra realidad. Puede dejar evidencias físicas
como marcas, quemaduras, cicatrices, traslación de vehículos, que indican que
algo ha pasado, algo que escapa a nuestra comprensión, pero que no es prueba de
ninguna manera que hayas seres extraterrestres vinculados en la experiencia.
Consideran que no es abducido quien quiere o por un designo cósmico, sino que
tal vez haya un patrón biológico – psicológico en los abducidos, tales como
sustancias neuroquímicas, productos metabólicos, etc. En síntesis creen en la
posibilidad de un origen psíquico del fenómeno sin intervención de un agente
externo.
Por su parte, Norberto Medina, quien junto
a Lucio Rossi del grupo CONEX de Río Cuarto fueron lo que presentaron el caso
descrito al principio, me comentó en una charla que tuvimos en un intervalo del
congreso que él piensa que el fenómeno abducción es algo externo al individuo.
Alguien o algo lo provoca. Lamenta que haya investigadores que no tomen en
serio estos casos o que simplemente los ignoran. Destaca la importancia de tratar
de comprender lo más que se pueda la experiencia vivida por el abducido.
Reflexión final
El fenómeno abducción, y en esto
incluyo a los visitantes de dormitorio, es algo real. Los relatos en
regresiones hipnóticas, junto con evidencias físicas lo avalan. La pregunta es:
¿Cuál es su origen? ¿Es algo creado por la psiquis humana o inducido en la
regresión hipnótica? ¿O es algo externo a nosotros? Y si es así, ¿tienen que
ser necesariamente extraterrestres los que lo provocan?
Sea cual fuere la respuesta, siempre habrá
un par de grandes ojos negros vigilándonos desde la oscuridad…