Seguramente quienes entiendan de historia reconocerán a Gregorio de Tours (538 – 594), autor de la “Historia Francorum”. De su obra vamos a extraer tres datos que nos parecen susceptibles de ser tomados en cuenta en nuestro Archivo de lo Increíble.
584 – “...se vieron en el cielo rayos brillantes de luz que parecían entrecruzarse. Chocaban unos con otros, después se separaban y se desvanecían”.
585 – “En el mes de septiembre, personas han visto signos parecidos a rayos o cúpulas que se acostumbran a ver. Corren velozmente por el cielo”.
587 – “Durante dos noche seguidas vimos en el cielo una especie de nube muy luminosa que tenía forma de capucha”.
Pasemos a otros datos históricos.
1130 y 1142 – “Dragones voladores flamígeros, han pasado sobre Praga, Checoslovaquia (Vecerni Praha)”.
1 de enero de 1254 – Algunos monjes de la abadía de Saint Albas, Inglaterra, vieron de noche en el cielo “una especie de nave grande de forma elegante, bien aparejada y maravilloso color”.
Agosto de 1290 – Henry, prior de la Abadía de Byland (Yorshire), junto a otros compañeros presas de asombro vieron “un enorme disco plateado que pasaba lentamente sobre ellos”.
1320 – Al morir el abad de Durham, el día de San Gregorio, un objeto luminoso llegó hasta el interior de la iglesia de San Leonardo donde había sido inhumado. “La luz descendió, se desplazo y luego se fue”.
Comentario:
La referencia a luces con desplazamiento inteligente, es clara. La descripción de lo que hoy es común en los avistamientos ovni, no deja duda. La referencia del prior Henry y su asombro al ver un “enorme disco” que pasó tan cerca de ellos, no deja nada a la imaginación acerca de lo que vieron.
Es extraordinario como la configuración sigue presente en nuestro tiempo y toma diversos nombres en ese tiempo, cúpulas, capuchas y discos.