El inexplicable expediente de Rudolf Fenz.
Los enigmas y misterios recorren constantemente cada recodo donde la historia dobla su camino. Surgen a
cada paso en el camino de hechos diarios y que marcan el sendero de los seres que poblamos este mundo. Los hay para todos los gustos.. Hoy en esta página de lo increíble dedicamos el espacio a uno de los fenómenos que por su naturaleza se lleva un 10 en el Top de lo insólito. Se trata de la desaparición inexplicable de seres humanos que traspasan el espacio, verdaderos viajeros en el tiempo. La lista de sucesos en este sentido es muy fecunda, aun cuando los escépticos pretenden que todo tiene una explicación razonable. En esto nadie tiene una respuesta clara, pero lo cierto es que los hechos allí están, muchos de ellos perfectamente documentados.
Hoy nos ocuparemos de tan solo uno de ellos, el cual se refiere a un hombre y no a un avión, nos referimos al vuelo MH370 de Malasia Air Line, que pese a los enormes esfuerzos en tecnología y dinero, al momento de publicar este artículo no aparece por ningún lado.
Pero volvamos a nuestro caso el cual es conocido con el nombre del protagonista “Rudolf Fenz”, un hecho que muchos lo titulan solo como una leyenda urbana en otras palabras una historia que se cuenta de boca en boca con rasgos de fantasía. Llamo la atención del lector sobre lo detallado de la historia que van a leer, la cual no deja de sorprender e incluso temer que algún día nos ocurra algo parecido.
Cortesía de granmisterio org.
Corría mediados del mes de junio de 1950 cuando un vehículo atropelló repentinamente a un peatón que según el conductor apareció de la nada, cuestión que le impidió detener el vehiculo y evitar la tragedia. La cosa sucedió en plena Quinta Avenida en la capital económica del mundo, la ciudad de Nueva York. Según testigos solicitados aseguraron que la figura efectivamente había aparecido casi instantáneamente ante el auto sin dar tiempo a esquivarlo. Para otros fue como que hubiera surgido un despistado que no le importaba el intenso transito de la Quinta Avenida. El hombre que estaba tirado en el suelo ya no tenía signos vitales, estaba muerto.
Como es natural la policía intervino y para su identificación encontró en las bolsas de su ropa, varias tarjetas o documentos. Con ello fue identificado para los trámites del deceso.
Era un hombre joven de mediana edad que vestía impecable, pero de estilo muy anticuado para aquella época. El traje negro de tela gruesa para la fecha, un verano con cierto nivel de calor. Usaba levita y zapatos puntiagudos de hebilla pasados de moda. Alguien lo describió como un lord inglés del siglo anterior, es decir no del XX.
Por si fuera poco los agentes encontraron en su vestimenta unos billetes retirados ya de circulación y una misiva dirigida a Rudolf Fenz con un matasellos con fecha de ¡1876!
Las autoridades llamaron la atención buscando familia del fallecido y al no lograrlo se inicio una investigación más detenida dando como resultado algo sobrecogedor y sorprendente. Se encontró en una guía antigua de teléfonos un nombre parecido: “Rudolf Fenz” Jr. En los archivos se detalló que este individuo había ya fallecido años atrás, siendo hijo de un individuo de igual nombre del cual no se encontró acta de defunción pues se consignaba que había desaparecido misteriosamente cuando transitaba por una vereda cercana a su casa. Pero eso no fue todo debido a que la sorpresa fue mas grande cuando al consultar archivos de desaparecidos del año 1876, allí estaba el nombre: “Rudolf Fenz” ¿Era el mismo que 74 años más tarde viajo en el tiempo y había aparecido frente a un automóvil que lo atropelló intempestivamente? ¡No hubo más explicación! Seguramente fue enterrado bajo servicios públicos del gobierno en algún lugar del cementerio, tumba que lamentablemente no se puede ya encontrar.
Como siempre existen los sabelotodo y un tal Chris Aubeck supuestamente hizo un “profundo” estudio donde declaraba que todo fue un montaje, una simple historia urbana que ha recorrido los renglones de lo increíble.
A nosotros nos consta nada, pero la extensa documentación de desapariciones y apariciones misteriosas ha hecho correr tinta a granel. En esta misma página y el programa radiofónico Siglo XXX, hemos recorrido muchas historias de este tipo, incluyendo narraciones de sucesos de esta clase en Guatemala. Tan solo hay que recordar el caso interpuesto ante el Ministerio Público por una angustiada madre y esposa al consignar el hecho que su esposo la llamo por teléfono desde un lugar muy cercano a su domicilio avisando que pronto llegaría a su casa en compañía de su hijo, caso hecho público por medios escritos y a través del programa Siglo XXX. La señora escucho llegar el automóvil por el ruido del motor. Al salir luego de no detectar que sus familiares entraran a la casa, salió a ver si algo había pasado encontrando el automotor funcionando y vacío ¡Su esposo he hijo no estaban!. Con la ola de inseguridad que existe puso la denuncia por secuestro o desaparición forzada, pero ¿A dónde fueron? ¿Dónde están? En otros casos como me lo relató un reportero del noticiario que este servidor dirigía, el vehiculo sobre la llamada Calle San Juan, atropelló a un sujeto y él junto a un amigo escucho claramente el golpe, pero al parar más adelante y retornar, no había nadie tirado sobre el suelo, ni mucho menos señales de sangre o golpe en el frente del auto.
El caso Fenz es uno de los tantos que recorren el mundo de lo extraño y tal como iniciamos este artículo , hoy se tiene un caso que les rompe la cabeza técnicos los cuales han dado explicaciones muchas de ellas ridículas, sin sentido o fundamento, nos referimos a la polémica desaparición del vuelo MH 370 de Air Malasia del cual no se han encontrado rastros de ser un brutal accidente sobre el océano. Si está en el fondo, como se pretende, hay que recordar que una nave de este tipo no es como un bolígrafo de metal que se tira al agua y se hunde en forma integra sin dejar rastros. En este caso no importa que algún día aparezca en algún lugar, la cuestión es explicar el por que paso en una era donde por satélite se puede identificar plenamente la procedencia de una moneda de cinco céntimos tirada sobre el pavimento de una carretera. EMP