EL CASO MANTELL

Fecha: 7 de enero de 1948

Lugar: Godman Field, Kentucky

Suceso: Primer accidente con un ovni.

Nos ocupa el primer clásico en la historia de los ovnis, el cual involucra una nave aérea fabricada en la tierra, la cual colisiona o es derribada por un “no identificado”. Es hecho adquiere actualidad por los múltiples encuentros de este tipo durante la última década de este siglo. Son accidentes aéreos que no tienen una explicación racional. Iniciemos este asombroso caso, totalmente documentado.

EL INICIO.

Todo inicia seis meses después del encuentro que sostiene Kenneth Arnold y nueve objetos voladores en forma de disco sobre el monte Rainier, estado de Washington EE.UU. Para ser más exactos fue 7 de enero de 1948, pasado el mediodía la torre de control de Godman Field informaba que se estaba divisando un extraño objeto brillante en forma de disco.

Una hora y media después de estar observando el “no identificado”, cuatro aviones que volaban en misión de entrenamiento al mando del capitán Mantell fueron desviados para cerciorarse de la existencia del extraño objeto.

Los aparatos pertenecían a la Guardia Nacional y eran del tipo Mustang P-51, el avión caza más perfecto de la Segunda Guerra Mundial. Aunque entró tarde a ella, los expertos opinaban que hubiera precipitado el conflicto.

El avión de Mantell era el único que contaba con equipo de presión, los demás no podían subir a un techo de más de 4 mil metros. Fue por esto que el héroe de la Segunda Guerra Mundial quedó solo para identificar aquella extraña forma que parecía estar suspendida.

Los otros pilotos establecieron una comunicación con su entrenador cuando éste estaba a 4.572 m. y le contestó: “Lo tengo a la vista”.

Haciendo un paréntesis este caso tiene mucha semejanza con el protagonizado por el coronel de aviación Oscar Santa maría, quien enfrento un ovni en la base la Joya, Perú (puede encontrase este caso en esta misma página). Sigamos. .

La comunicación continuó y el capitán agregó: “Voy a ascender más arriba”.

Mientras tanto la torre continuaba observando la luz, aun cuando con dificultad por las nubes. Los controladores nunca observaron lo que ocurrió luego ya que no hubo explosión o estallido alguno. Sin embargo el Mustang de Mantell aparentemente se desintegró en el aire. El análisis posterior indicó que el piloto jamás intentó abandonar la nave, lo que indicaba que no hubo desperfecto alguno o emergencia previa. Las explicaciones del ejercito fueron desde que por alta velocidad el avión se había desintegrado, la altura y la falta de oxigeno también fue argumentada, así mismo la presencia del planeta Venus o el satélite Skayhook.

Lo cierto es que el Mustang quedo hecho pedazos,  como si hubiera chocado con algo en el cielo. La experiencia de Mantel indicaba que toda explicación no jugaba con la hipótesis de los militares.

Existen versiones que indican que el malogrado piloto reportó estar viendo un objeto inusual por su tamaño y de aspecto metálico. Por otra parte que su funeral fue privado por no encontrarse en el lugar o por las intensas heridas que tenía.

Este caso es catalogado como el primer encuentro fatal entre un avión y un ovni, algunos lo titularon como “El primer mártir de la era de los Platillos Volantes”.

A muchos años de aquel episodio, hoy se debate otros en el cual no hubo una sola víctima sino decenas, el caso del vuelo 990 de EgyptAir, el 447 de Air France, el 3l vuelo 800 de TWA, etc. .

COMENTARIO SOBRE ELGUNOS DE ELLOS.

Sobre el primero hasta hoy las hipótesis oficiales apuntan a un suicidio debido a las ultimas palabras que externo el copiloto de refresco, el cual se encontraba solo en la cabina del gigantesco avión. Estas fueron “Tawakilt al Alá” que los técnicos de seguridad aérea de los Estados Unidos tradujeron como “Ya tomé mi decisión, pongo mi fe en manos de Dios”. Esto fue intensamente criticado por conocedores del idioma del Islam, los cuales furiosos respondieron a los sabelotodo norteamericanos, que lo que quiere decir traducido al español es una expresión frente al peligro o una situación imprevista. Como cuando nosotros decimos “Oh Dios Mío o Jesús, María y José”. Además el piloto Gamil al Batuti era feliz en su casa, estaba a seis meses de jubilarse y por si fuera poco la religión musulmana es muy estricta con el suicidio, nadie piensa en esto, pues no entrará en el cielo con Alá.

Un elemento más (publicado por la AFP) es el siguiente: “El responsable del Buró Federal de Investigaciones, FBI, quien pidió el anonimato dijo al Wall Street Journal  que la primera parte de la frase no estaba registrada en la grabación de la cinta recuperada”. (sic)

El piloto automático fue desconectado ocho segundos antes de que el avión cayera al vacío. La pregunta es: “¿Qué paso”. Vio Al Batuti como tantos casos en el mundo, un extraño objeto frente al avión. Un objeto que no fue detectado por el radar de acercamiento, pero sí visualmente lo que obligó a decir “Oh Dios mío” y echar la nave hacia abajo. Cuando el piloto entró a la cabina (la nave iba ya en picada), trató de detener la acción, aunque no la comprendió nunca. Allí se verificó el forcejeo que determinó la subida y bajada del avión y posiblemente la anulación de los motores.

De ahora en adelante habrá que esperar cualquier explicación descabellada de los  expertos, que tardaron un año para concluir que el vuelo 800 de la TWA, siniestrado en casi las mismas condiciones o el de la SwissAir fueron errores humanos o cables que echan chispas en tanques con gases inflamables y semivacíos.

El caso Mantell no fue intensamente investigado por expertos independientes y la historia se quedó incierta, pero con una sola realidad. El objeto fue visto y motivó la persecución de un avión que luego estalló en el aire.

Misterios. Misterios...