Fecha; 18 de septiembre de 2000.
Hora: 11:15 PM
Lugar: Faldas volcán Acatenango.
Tres jóvenes iniciaron el ascenso a las once de la mañana del día anterior, celebraban la proximidad del cumpleaños de uno de ellos. Llegaron a la cumbre a las siete de la noche, dispusieron todo para acampar y esperar la salida del sol. Sucios y cansados armaron la casa de campaña y por el mismo agotamiento se dispusieron a dormir, no si antes darle a uno de ellos una pastilla contra el resfriado, ya que presentaba signos de fiebre.
INICIA LA TERRIBLE EXPERIENCIA.
Como a los cinco minutos de haber apagado la linterna. Lorena, la del relato, escucho pasos que se movían sobre la arena. Al principio se creyó que era el sonido del viento, pero posteriormente los tres hablando en tono bajo, discutieron el asunto dentro de la carpa, la que era para una diez personas.
Se abrazaron por el miedo ya que el sonido parecía venir de muy cerca, era como si unas seis personas rodearan el lugar. Luego para el horror de los tres muchachos habían unos destellos como si “ellos” se comunicaran por medio de luz, por lo que a veces sus sombras se proyectaban en la carpa. Atemorizados creyendo que se trataba de ladrones, vieron como pasaban una especie de manos por la ventanilla y el ziper de la puerta, pero sin decir nada o tratar de entrar.
Escucharon como si trataran de escarbar la arena. La primera idea salir corriendo, pero era muy oscuro y peligroso. Hablaron callado y pensaron varias cosas una de ellas hablarles y pedirles que no les hicieran nada, que se llevaran todo, incluyendo la carpa y los dejaran ir. Oraron y seguían pensando como escapar, pero lo extraño era que los sujetos seguían moviéndose y como si ignoraran como entrar y no hablaban entre sí. Se continuaba escuchando como si desearan soltar los arenques que sostenían la carpa. Aquello era insostenible, pero pareció que se iban, lo terrible fue que regresaron rápido y actuaron de la misma forma.
Finalmente empezó a amanecer y vieron su reloj, eran la 06:15 de la mañana. En forma extraña el tiempo que ellos pensaron que fue a lo sumo una hora, se transformo en más seis horas.
COMENTARIO.
Muchas personas que suben al volcán han manifestado haber encontrado seres extraños, que mas que espíritus o fantasmas parecieran seres de otro mundo por su forma. En esta terrible experiencia hay que puntualizar la actitud de quienes estaban fuera de la carpa.
En primer lugar sostuvieron una actitud de desconocimiento de cómo entrar a la carpa, cosa que si hubieran sido delincuentes hubieran actuado rápido bajando el ziper o levantando la orilla de la lona. La perdida del espacio tiempo es otra de las cosas que apunta hacia la idea de que eran entes que por razones desconocidas, interactuaron como que fueran seres de otro mundo. ¿Usted que piensa?