Cabe recordar el artículo publicado en ésta página web respecto a que es susceptible de cambiar al antojo de autoridades o científicos el tiempo, adelantando o restando una hora por los cambios de estación.
Hemos comprobado decenas de veces que la física da sorpresas, no es una ciencia rígida no digamos lo que ocurre con las corrientes del pensamiento porque hasta algunos comunistas ateos son ahora miembros de iglesias cristianas, después de militar durante décadas en los partidos comunistas del planeta. Conozco a varios.Al estilo de las pasarelas donde con cada estación cambian las modelos y los estilos de vestuario, en materia de creencias se produce el último grito de lo que ha sido la moda de alterar los llamados textos sagrados.
Esto ocurre en Alemania bajo la batuta de dos traductoras que lanzaron al mercado una edición de veinte mil ejemplares de la Biblia, los cuales ya se agotaron en apenas dos semanas.
Se trata de una primera edición de: “La Biblia en un lenguaje más justo”.
Y para que usted se entere de que las alteraciones han sido periódicas, cabe recordar a quienes se gradúan de maestros, que en la materia de literatura infantil, era o es parte de la asignatura, conocer cómo, desde el año 325 de nuestra era, fueron celebrados los llamados CONCILIO ECUMENICOS, por parte de la corriente religiosa imperante, para introducir cambios en los textos sagrados.
Se trata de los concilios de Nicea, año 325, convocado por la autoridad del Papa San Silvestre y bajo la ejecutoria del emperador Constantino. En ese cónclave se determinó lo que ahora conocemos como la oración del Padre Nuestro que rezaba:
“Creemos en un solo Dios Padre omnipotente...y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios Verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial con el Padre”.
Si usted quiere, puede comparar ese texto con el que figura en las actuales ediciones de la Biblia y observará que tanto ha cambiado.
Concilio primero de Constantinopla, año 381 convocado por el papa San Dámaso, quien según la historia se ocupó de las herejías de los Macedonianos o sea el partido opositor al partido católico y los Eunomianos o Anomeos que predicaban una clara diferenciación entre el Padre y el Hijo, léase Dios y Jesús Cristo. En ese concilio, según los historiadores se perfeccionó el denominado símbolo Niceo-constantinopolitano o la oración del credo.
El concilio de Éfeso estableció el culto y proclamó la maternidad divina de María, afirmando que las dos naturalezas, humana y divina de Cristo, están unidas sin confusión y por lo tanto María es verdaderamente “Madre de Dios”.
Le siguieron con algunas variaciones los concilios de Calcedonia, año 451, el segundo y tercero de Constantinopla años 553 y 680-681.
Luego en el concilio segundo de Nicea se definió la legitimidad del culto a las imágenes sagradas.
El cuarto concilio de Constantinopla condenó al patriarca Focio quien estableció las bases de separación entre las iglesias de Roma y de Constantinopla. Focio murió en Armenia, depuesto, excomulgado y exiliado.
Los temas del celibato y el incesto y la Simonía o sea los seguidores de Simón el Mago fueron abordados en el concilio primero de Letrán 1123-1124.
En 1139 se celebra el segundo concilio de Letrán con el papa Inocencio II que trato los temas de los pontífices falsos, la Simonía, la usura, las falsas penitencias y los falsos sacramentos.
En el tercero de Letrán 1179 siguió el tema de condenación a la Simonía, en el concilio cuarto de Letrán son condenados los albingenses, lo que la iglesia católica estigmatizó como herejes Cátaros del griego Kátaros ( puro) del Abad Joaquín de Fiori y los Valdenses o primeros protestantes.
En el concilio primero de Lyon, 1245 se trató únicamente problemas morales y disciplinarios de la iglesia y el segundo de Lyon, 1274, en Papa Gregorio X trató de unificar la iglesia griega separada de roma desde el llamado cisma oriental.
En el concilio de Viena del Papa Clemente V, condenó a los Beguardos y Beguins de Pedro Juan Olivi y abolió la orden de los Templarios.
El papa Martín V, en el Concilio de Costantas, 1417 condenó las ideas innovadoras o reforma de los clérigos Juan Wiclef y Juan Huss y se ocupó de los asuntos provocados por el cisma de occidente o reforma protestante.
El Concilio de Florencia, 1431 del papa Eugenio IV que duró hasta 1445 logró la unión de Armenios y Jacobitas con la iglesia de Roma, el Quinto de Letran, 1512 del Papa Leon X enfocó la reforma de la iglesia, el de Trento, 1545-1563 la reforma protestante, decreto sobre justificación, sacramentos, eucaristía, canon de las sagradas escrituras etc.
El concilio Vaticano primero del Papa Pio IX enfocó la fe y constitución de la iglesia, la potestad del Pontífice y su infalibilidad cuando habla ex cátedra y el concilio Vaticano II 1962-1965 de Juan XXIII.
Retomando el hilo de la charla sobre la nueva versión de la biblia protestante alemana en un lenguaje más justo , una de las traductoras, Elizabeth Reiser comentó:
“Tratamos que esta traducción le hiciera justicia a los géneros, de hacer visibles a las mujeres que apenas son aludidas en las versiones tradicionales y de expurgarla (limpiarla, depurarla, enmendarla, etc.-) de las masivas formulaciones anti judías dispersas en el texto”.
Así en el caso del Padrenuestro en esta versión germana convierte las palabras iníciales del : “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre...”, en: “tus hijos e hijas, Dios, que eres nuestra madre y nuestro padre en los cielos, santifican tu nombre”.
En otro párrafo que se refiere a la interpretación que hizo Martín Lutero en: “mi pueblo Israel, está maduro para su fin, mientras que la versión española de Casiodoro de Reina la traduce como “ha venido el fin para mi pueblo Israel; la versión alemana la establece como “mi pueblo, Israel está maduro”.
La Versión citada es un trabajo de traducción realizado por cuarenta mujeres y 10 hombres, calificada por algunos lectores como anti sexista pero, como algo que llama poderosamente la atención es que el género de Satanás, el Diablo, el Demonio, el mal, se mantienen a lo largo de todos los textos, dice la nota, tenazmente masculino.
Casi todas las decisiones, normas, mandatos, poderes y de mas hierbas, no están escritas en la Biblia, no son ni siquiera insinuaciones, todo sale de las diversas interpretaciones que se le han dado a las escrituras. Son como se acepta , versiones al son que le toca a cada líder que a su conveniencia las impone. De modo que las Iglesias Cristianas, dígase Católicos y Protestantes históricos hasta los Neo pentecostales agrupados en miles de iglesias e iglesitas, se rigen por conceptos impuestos por quines un día se erigieron en interpretes supremos de las escrituras.
¡A puchis, que a de zompopo, decimos alegremente en Guatemala!
Carlos Ramírez Ortiz