Las experiencias en esta clase de fenómeno son innumerables, casi cotidianas.
En esta página se han escogido algunas que por su característica son sujetas a producir más objeciones que explicaciones. A continuación otra de ellas.
Cinco años después, siendo Navidad, Falby recibió un llamado de sus jefes donde le ordenaban investigar un accidente grave donde un hombre se había estrellado contra un árbol. El policía llego antes que la ambulancia y despejando a los curiosos
se acerco al involucrado el cual estaba inconsciente.
Aquel hombre se estaba muriendo, de su pierna manaba intensa cantidad de sangre.
Penso emplear su cincho, pero le resulto mejor su corbata para aplicar un torniquete. Así lo hizo y acomodo en un lugar hasta que llego la asistencia médica. Ellos lo llevaron al hospital y como era su deber lo acompaño para certificar lo ocurrido.
Al ingreso , como es natural fue indagada su identidad. Aquel infortunado se llamaba Alfred Smith ¡El mismo que hacia cinco años le había salvado la vida en iguales circunstancias!
¿Quien mueve los hilos del destino, para que esto ocurra? ¿Dios?
Si así fuera, cual es el propósito para mover tantas cosas en un determinado caso y no en otros más sencillos no hacerlo? ¿Esta el destino marcado? Si así fuera, hagamos los que hagamos, caminemos donde caminemos, de cualquier manera ocurrirá. Algo difícil de aceptar debido a que seríamos todos, presos de un predestinado futuro. ¡No seríamos libres!
Tiene usted alguna coincidencia certificada. Envíela.