¿EUTANASIA (Bien Morir)?
El director de esta página y de siglo XXX
expone aquí una atrevida hipótesis , la cual nunca antes nadie se atrevió a difundir. Esperamos que el buen juicio y la reflexión predomine. ¡Realmente es un tema ¡increíble!.
Desarrollar la cuestión es difícil en poco espacio pero intentaremos resumir la hipótesis de la mejor manera.Ante los acontecimientos de todos conocidos y narrados por los cuatros evangelistas, Jesús de Nazaret fue declarado culpable de blasfemia al proclamarse el Hijo de Dios y el Mesías que los judíos esperaban.
El arresto y juicio en el Sanedrín se verifico de noche, cuestión en principio prohibida por la ley judía de esa época. En este proceso se cometieron innumerables errores legales, pero no es el caso detallarlos, pero si mencionar que fue injusto en términos jurídicos.
El hombre de la Galilea fue condenado, no sin antes pasar por la aprobación del gobernador romano, quien como todos sabemos se lavo las manos en este delicado asunto.
El cristo fue durante azotado y castigado como el peor criminal, obligándole a llevar el “patibulum” o palio acuestas aun cuando los evangelios nos refieren a una cruz. Sobre la hora de la crucifixión varían las opiniones, algunas van desde las 9 de la mañana, hasta las 12 del medio día. Lo cierto es que el señor soporto el tormento predilecto de los romanos, hasta aproximadamente las 3 de la tarde (hora nona).
Era una regla para aquella época no juzgar a nadie en día viernes, ya que si la sentencia era la muerte, esta no debería exceder a la hora cuando el día fenecía dando paso al de reposo (en aquella época el día se contaba por la luz del sol, de seis a seis).
Aquel hombre sufría en la cruz y su agonía podría prolongarse por su enorme fortaleza.
Los romanos solían dejar los cuerpos de los crucificados hasta su descomposición, era una especie de escarmiento para el pueblo.
Sin embargo eran respetuosos de las creencias del pueblo judío, esto para evitar descontentos y rebeliones que les costarían la inversión de recursos.
Estando así las cosas Jesús debería estar enterrado antes de las seis de la tarde, ya que de lo contrario sobre pasaría el día sagrado de descanso, el sábado.
EL ACTO DE EUTANASIA (Bien Morir)
Existen cuatro referencias bíblicas de lo que sucedió aquel día. Iniciemos con el primero de los evangelios el de San Mateo: “y al instante, corriendo uno de ellos, tomo una esponja y la empapo de vinagre y poniéndola en una caña, le dio de beber.... pero Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entrego el espíritu” San Marcos dice: “y corrió uno y empapando una esponja en vinagre y poniéndola en una caña, le dio de beber, diciendo... San Lucas no dice nada sobre este aspecto.
El evangelio de San Juan es el mas claro para un análisis en torno a este delicado tema. Jn: 19:29 “y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entrego el espíritu”.
Aun cuando hay diferencias entre los evangelistas (quizá debido al tiempo en que fueron realizados sus escritos), todos coinciden en el orden las ultimas palabras.
En principio el señor pidió de beber “tengo sed”, para luego manifestar su intenso dolor, doblar la cabeza y entregar su espíritu .
¡Aquel hombre debería morir antes de entrar la noche y esto era una ley judía!
Se conoce históricamente que los romanos dejaban guardias al pie de los crucificados y utilizaban ciertas sustancias para prolongar la vida y el sufrimiento a través de compuestos como mirra y hierbas que provocaban cierto grado de anestesia. Esto no era para aliviar el sufrimiento , si no para prolongarlo a manera de ejemplo. Pero también no se excluía que empleaban venenos, liquido que recibía el nombre de “Hiel” o “Cicuta”.
Es perfectamente lógico que las autoridades romanas muchas veces utilizaban este procedimiento a fin de terminar con la vida del crucificado, todo por la necesidad de reutilizar las cruces.
Jesús lo sabia indudablemente. Es aquí donde el drama toma forma. El cuerpo del hombre de la galilea estaba terriblemente débil, pero mantenía signos de vida y por cierto consciente.
Al pedir de beber, él sabia que es lo que iban a proporcionar, ya sea un vinagre agrio, un anestésico o un veneno. Como judío no ignoraba las costumbres y el entorno social y político de la región. Como hijo de Dios no podía carecer de un desconocimiento del proceder romano y la vasija con su contenido.
La decisión estaba tomada y la escritura es clara. De no desear recibir aquel liquido lo hubiera expulsado, sobre esto hay discrepancia, pero lo que si esta claro es que bebió del contenido de la esponja (evangelio de Juan).
Lo que paso inmediatamente después fue su muerte ya que luego de beber expiro diciendo: “en tus manos encomiendo mi espíritu” y doblo su cabeza. Es claro que su cuerpo estaba extremadamente débil y cualquier sustancia toxica operaria inmediatamente provocando la muerte instantánea.
Existen numerosas referencias bíblicas que dan paso a la creencia de que el llamado liquido “Hiel”, era un potente veneno, por ejemplo Salmos 69: versículo 20 al 21 “el escarnio a quebrantado mi corazón y estoy acongojado. Espere quien se compadeciese de mi y no lo hubo. Me pusieron hiel por comida. Y mi sed me dieron a beber vinagre.”
Una prueba mas de que su muerte debería ser apresurada es la lanza que le fue incrustada en su costado. ¡todo para asegurar que estaba muerto!
Para muchos de los lectores de esta página, como se dijo al principio, la sola idea de que Jesús precipitó su muerte es aberrante o al menos imposible. Sin embargo si vamos a la idea de que a Cristo , nadie lo pudo matar, el planteamiento es correcto. Los romanos o los judíos no pudieron dar muerte al “unigénito”, al Hijo de Dios. Si el argumento es sólido, debemos encontrar una escritura que lo apoye y para asombro de quienes no acepten esta hipótesis, la hay. Veamos: “Por eso me ama el padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mi mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi padre” (Jn. 10:17-18)
Jesús por eso es glorioso, nadie le podía quitar la vida ya que él era dueño absoluto de ella, por que de la misma manera la podía tomar.
Personalmente no puedo estar de acuerdo con que al ser mas grandioso que hoy veneran millones de personas, el imperio romano, le quito la vida. De esa manera el planteamiento tiene un argumento sólido, aún cuando muchos no lo acepten.
Luego a sus deudos se les dio la oportunidad de enterrarlo muy rápido y así cumplir con la ley, lo cual no era una costumbre ya que luego de muertos los crucificados eran lanzados a los barrancos cercanos o despeñarlos en los montes donde eran los sitios determinados por esa característica ya que por la descomposición los gólgotas o lugares de la calavera emanaban olores nauseabundos que no deberían molestar a las poblaciones cercanas.
De esto podemos inducir que Cristo como hijo de Dios estaba consciente de todo. Jamás podríamos pensar que el iba a ser engañado al pedir agua y darle beber una sustancia toxica. Además el bebió y no la rechazo, según tres evangelistas.
Lo anterior aun cuando parezca duro de aceptar, es un acto normal y sabio. El grito desesperado de “Dios mío, por que me has desamparado” hace suponer el carácter humano de aquel hombre y como tal en su incuestionable sabiduría opto por una muerte inducida.
Esto no degrada en lo absoluto su carácter divino en el entorno filosófico-religioso, ni mucho menos dejaría de ser el Maestro de Maestros.
El acto demuestra que siendo humano y divino debió cumplir con la ley, aun a costa de apresurar su muerte, la que inevitablemente debería ocurrir tarde o temprano. Como judío debió cumplir la ley terrenal y como hijo de Dios la ley divina