Las curiosidades increíbles de Siglo 30.
Redacción: Siglo 30.
Los tozudos no dan crédito a la increíble habilidad de percepción de los animales, está va desde la simple agudeza de sus sentidos visuales, auditivos y olfativos, hasta rayar en lo paranormal. Estos ejemplares del reino en que somos clasificados todos nosotros, han dado muestras de poderes sensitivos que los humanos hemos ido perdiendo a lo largo de la evolución por no usarlos. Las muestras están ante nuestros ojos y por citar ejemplos cotidianos y a nuestro alcance la hiperestesía del oído de los perros la cual alcanza mas allá de los 20 mil ciclos que el oído del lector alcanza o la vista de telescopio de las águilas al poder observar desde grandes alturas sus diminutas presas.
LO INCREÍBLE EN EL REINO ANIMAL.
Cientos y quizá miles de ejemplos dan pie a pensar que si bien la percepción la tiene agudizada o por supervivencia pareciera que tienen inteligencia, nuestras mascotas dan ejemplos de lo que pareciera un fenómeno paranormal. Recientemente a mi domicilio situado en una región relativamente alejada del bullicio de la gran ciudad, sitio donde afortunadamente por las noches existe un silencio casi absoluto solo roto por los ladridos lejanos y eventuales de perros o el sonido de los pájaros nocturnos. La quietud de la noche es un remanso de paz y quietud casi absoluta. Una buena noche de tantas el “Choco”, un fiel guardia salchicha peludo comenzó a ladrar con furia. La razón fue que un gato de buena raza, pero extraviado de alguna de las casas cercanas, se introdujo en nuestro jardín ya que la puerta de metal hacia fuera, se quedo abierta.
Con mi esposa logramos cerrar el acceso de rejas que da hacia la cochera y con acoso lo introducimos en una de las jaulas pequeñas de perros (mi mujer es zootecnista). Como no era la primera vez y no ubicamos su procedencia decidimos irlo a perder a un pueblo cercano (unos 10 kilómetros de distancia), esto para que un alma caritativa lo adoptara y no dejarlo en algún paraje boscoso. No lo adoptamos ya que también tenemos un ejemplar de raza siamés. Mi sorpresa fue este pasado domingo cuando el bendito gato deambulaba cerca ya del condominio, buscando seguramente a su dueño. Había sorteado barrancos, carreteras, casas, quizá montañas, un rio y que diré… mil obstáculos incluyendo el salir del pueblo. Le había costado un mes aproximadamente para volver.
EL PATO DE ESTA HISTORIA.
Existe una localidad alemana llamada Friedburg en la cual hay un recuerdo al cual se pensó erigir una estatua en honor a una pata. Quizá único en el mundo. Los motivos son suficientes para rendir homenaje a tal espécimen plumífero. Freda realizaba lo que no lograban los ausentes radares o vigías. Cuando Freda comenzaba a graznar a minutos aviones aliados se acercaban para dejar caer su mortífera carga. Ella al parecer tenía una sensibilidad especial y quizá podía escuchar a la distancia el ruido de los aviones enemigos y listos para el ataque aéreo.
El zumbido de los motores la alertaba y se ponía nerviosa. Muchos pensaron que era normal, pero por esos cielos pasaban a menudo misiones de bombarderos que se dirigían a otros puntos de ataque y la pata no reaccionaba igual, era como si aparte del sonido de los motores, leyera las mentes de quienes los tripulaban.
Lo habitantes de aquel lugar tenía fe ciega en el aviso y corrían a los refugios salvando sus vidas.
Esto quizá tenga relación con lo que sucedió en el terremoto de 1976 en Guatemala, este costo la vida de más de 25 mil personas. El uno de los proyectos habitacionales de la capital, el 4-4, hubo un gallo (se me olvida el nombre), que a escaso minuto de recibir una replica (fenómeno natural después de un gran sismo), se ponía a dar vueltas y vueltas como loco, entonces los vecinos sabían que se aproximaba un remezón.
Todo esto se suma el hecho ya documentado de mascotas muy queridas que presienten la muerte de su amo o ama, ya sea que este enferma o la muerte sea súbita. En estos casos se a detectado que se tornan mucho mas cariñosos o se acercan reiteradamente en una actitud de tristeza al lecho del que va a morir.
Misterios, Misterios. EMP