Esta angustiosa solicitud refleja la preocupación que casi nadie reflexiona al momento de morir. Todo tememos a la muerte, pero nadie piensa que un mal día nos encontremos dentro de un ataúd, solos, casi sin podernos mover, en una oscuridad completa, casi sin oxigeno y conociendo plenamente que hemos sido ¡enterrados vivos!
Este hecho horroroso y casi de un guión fílmico sin final, le ha ocurrido a un buen porcentaje de seres humanos. No es que exista ineficiencia por parte de los profesionales de la medicina, sino por que el fenómeno paranormal existe. Por alguna razón la muerte clínica es certificada, aun con el uso de un osciloscopio y su marca horizontal y el trazo plano.
El suceso se verifica generalmente cuando se realizan exhumaciones en distintos cementerios, particularmente de pueblos donde no existe tecnología para poder verificar la muerte somática.
El día 2 de enero dentro de la emisión en directo del programa “No Estamos Solos” de Al Filo de la Noche , la emisión del programa fue prácticamente de testimonios sobre este terrible hecho.
Vale la pena explicar lo que la muerte puede significar en sus tres etapas. Estas: la clínica, la somática y la molecular.
La clínica como todo el mundo sabe es la que dictamina un galeno a través de cierto protocolo que puede incluir el uso de un estetoscopio, la reacción de pupila de ojo, la punción de encías, el vaho en fosas nasales, hasta el uso de cardioscopios para detectar la frecuencia vital.
La muerte somática se puede definir cuando el sujeto efectivamente esta muerto cerebralmente, pero sus órganos siguen vivos. Es el caso de los implantes de riñón o incluso de corazón. Los tejidos son conservados una vez extraídos del muerto e injertados en otro organismo. Teóricamente el órgano es de otra persona, pero vive en un organismo con otro nombre.
La muerte molecular en cuando la cadena de descomposición arrastra prácticamente a todo el cuerpo y de donde es imposible revertir el proceso.
La pregunta es entonces: ¿Muerte donde estás? Con cierta propiedad podría decirse que únicamente en la molecular.
Pero volviendo al tema, se conocen casos donde aun dentro de la caja mortuoria e incluso en el mismo instante del velatorio, los individuos se levantan y ante el susto de todos los presentes tornan aparentemente a vivir.
El caballero bombero Francisco Olmedo , actual reportero del noticiario Telediario narro durante la emisión de Siglo XXX un caso sucedido en el departamento de Santa Rosa.
La señorita M.R. murió el 17 de abril de 1986 y en el hospital de la localidad se le certifico la muerte por paro cardíaco. Como es normal la familia cumplió con el ritual de la velación y posterior inhumación. Quizá por un milagro antes que las personas se retiraran del entierro se escucharon gritos dentro del nicho donde había sido enterrada la mujer. Con autorización de la administración fue exhumado el supuesto cadáver. La dama vivió muchos años más, hasta que finalmente falleció por un accidente automovilístico.
El hecho es de reflexionar pues imagine el lector encontrarse un buen día dentro de una caja, en total oscuridad, casi sin oxigeno y sin posibilidad de moverse. Usted sabe que fue enterrado y no hay escapatoria. El suceso debe convertirse en horrendo, pero ha ocurrido en cientos de países y en multitud de ocasiones.
Durante el conflicto de Vietnam se conoció que muchos de los cadáveres de soldados que retornaban para ser inhumados presentaban signos de que habían vuelto a la vida dentro del féretro. Luego de e varias experiencias por vía telefónica, alguien externo una broma, la cual ciertamente es más seria de lo que uno se imagina al principio. “Habiendo escuchado todo lo que se ha dicho, yo les recomiendo ser enterrados con un celular al lado!!!
¿Tiene usted alguna experiencia personal sobre este fenómeno? Sería interesante lo narrara, pues nadie puede imaginar lo terrible que es ser ¡Enterrado Vivo! La página www.siglo30.com espera sus experiencias.