Eduardo Mendoza P. A Siglo30
El encuentro mejor documentado sobre este misterio de la Segunda Guerra Mundial fue el el llamado Jueves Negro --14 de octubre de 1943--, donde las Fortalezas Volantes B-17 de la 8ª Air Force norteamericana perdieron espantosas bajas durante un bombardeo diurno a las defendidas fábricas de cojinetes de bolas de Schweinfurt. Varios escritores e historiadores como M. Caidin lo llamaron “uno de los sucesos más desconcertantes de la Segunda Guerra Mundial, y un enigma que hasta hoy no tiene explicación”. ¿Por que?.
Al terminar el Grupo de Bombardeo 384º su incursión sobre el objetivo, numerosos pilotos y artilleros de torreta de la asombrada formación informaron sobre un enjambre de objetos que refulgían situados exactamente debajo de ellos. El avión número 026, en un esfuerzo por evitar una colisión de frente, se desvió en el acto, pero fue demasiado tarde. Según lo manifestado en los interrogatorios, “el ala derecha (del bombardero) pasó directamente a través del enjambre sin que los motores ni la superficie del avión sufriesen el menor daño”. El piloto añadió que oyó que uno de los objetos chocó con la cola de su aparato, pero no se produjo explosión ni desperfecto alguno.
Acompañando y a una distancia de unos siete metros, habría varios grupos de escombros negros, de un metro por 1,30; tampoco éstos parecieron tener efectos perniciosos sobre las Fortalezas Volantes. También se declaró que otros dos aviones habían volado entre sin sufrir daños visibles.
OTRO CASO.
En la noche del 23 de noviembre de 1944, una tripulación de tres hombres al servicio de la Escuadrilla Nocturna 415ª avistaron ocho o diez globos misteriosos sobre el Rhin, al norte de Estrasburgo. Al principio parecían lejanas estrellas titilantes, dijo el oficial de información teniente Fred Ringwald, pero al cabo de unos minutos aparecieron como bolas anaranjadas “que se movían en el aire a tremenda velocidad”. Charles Berliz.
Otro piloto de B-17, Charles Odom, de Houston, recordó su experiencia de Foo Fighters después de la guerra. Los puntos “parecían como bolas de cristal, aproximadamente del tamaño de pelotas de baloncesto” dijo. Hubiérase dicho “magnetizadas por nuestra formación y volaron a nuestro lado. Al cabo de un rato se alejaron como si fuesen aviones…”.
UNA SERIE DE EXPLICACIONES QUE NO LLEVARON A NINGUNA PARTE.
Como suele suceder en este y otros sucesos que involucran alta confidencialidad militar, las explicaciones oficiales suelen ir de un lado para otro. Al principio se dijo que eran armas experimentales secretas de los alemanes. Luego la inteligencia aliada se enteró que los nazis también tuvieron esos raros encuentros. La siguiente explicación fue la el rayo globular, especie de condensación de energía térmica y eléctrica especie de fuego de San Telmo. Sin embargo ninguna ni otras socorridas explicaciones aclararon la multitud de fenómenos como que no hicieran daño al chocar contra los aviones, que los atravesaran de punta a punta, que se detuvieran dentro del interior de las naves como observando, que luego de terminada la guerra, dejaran de aparecer en masa.
Por supuesto que hubo también explicaciones prosaicas como que eran ojos telecaptóres de inteligencias extraterrenas, que eran manifestaciones extra dimensionales de seres guías y hasta que Dios estaba advirtiendo del peligro que corría la humanidad.
QUE ES LO QUE PIENSO…
Es sencillo. A lo largo de la historia de nuestro planeta, unos 4, 500 millones de años, los misterios han estado ahí y siguen permanentemente por cientos o quizá miles acompañando al homo sapiens, sapiens. ¡…y que bueno pues que aburrido sería para la ciencia, la filosofía y el periodismo que ya un hubiera nada por descubrir!. Así que mientras los enigmas esten, Siglo 30 seguirá en el aire en busca de los desconocido. ¿Cuántos años más luego de hoy 43 permanentemente en el aire? Como la sentencia religiosa los dice: ¡HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE! EMP.