Eduardo Mendoza P – Siglo 30.
Se habrá preguntado usted cual es la definición de “maldición”, de donde proviene el término y más grave aún, si son reales, tienen fundamento o si producen algún efecto comprobado.
Muchos son escépticos a la idea que algo como lo anterior sea tan solo un asunto de creencia popular, imaginario colectivo o superchería. Se niega rotundamente que sea real y que produzca efectos significativos por ser producto de la sugestión. Muchas veces se cree que es algo fútil y sin consecuencias, digno de mentes poco instruidas o demasiado inclinadas al pensamiento mágico por lo que no le dan crédito absoluto ¿Esta usted de acuerdo? Quizá luego de leer esta serie de dos artículos cambie de opinión y quien sabe si inicie un recorrido por el pasado y recuerde algún caso que en su momento le resulto inexplicable.
Foto cortesia de “Maldiciones redentoras”
PALABRAS QUE MATAN.
No son pocas la veces que imperceptiblemente y en ocasiones alguno de nosotros hemos lanzado una maldición aun cuando lleve la expresión oral con calificativos distintos como mproperio, salvajismo, insulto, mala leche, rabia o insulto. Literalmente el DRAE (diccionario de la lengua española), define maldición de la siguiente manera: “maldición.(Del lat. maledictĭo, -ōnis).1. f. Imprecación que se dirige contra alguien o contra algo, manifestando enojo y aversión hacia él o hacia ello, y muy particularmente deseo de que le venga algún daño.
En el anterior caso están las expresiones de descontento diario por ejemplo cuando entre el intenso transito algunos abusivos e irresponsables nos cruzan el vehículo, nos rebasan peligrosamente provocando el peligro de una colisión, motoristas que con el riego de su propia vida se colocan al lado y nos hacen virar para no provocan un contacto. Es en ese momento que de forma casi imprevista oral o de pensamiento exclamamos: “Hijo de… ojala te mates o vuelques” Peor si es un robo de pertenencias, un teléfono celular, y ante la posibilidad de detener al ladrón le gritemos: ¡Maldito! En ocasiones y discusiones familiares se lanzan expresiones como desear que a la otra persona le vaya mal o que se muera. Siempre afirme en tiempos de cátedra universitaria, de capacitación en el área de Comunicación Social, medios masivos o de oralidad en el debate público: “Las palabras pueden herir, mutilar o matar”, cosa que continuo convencido de ello.
EL PODER DE LA PALABRA HABLADA.
Aún cuando las maldiciones pueden llegar a través de distintos medios de comunicación como una nota escrita, una mirada (mal de ojo), un gesto o mas modernamente por medio de un chat, email o un tuiter (Twitter), es la palabra hablada la que mas impacto tiene en una expresión de rechazo o deseo maléfico.
La palabra hablada es un poderoso vehículo energético del pensamiento y la acción. Solo basta leer los primeros versículos de la Biblia donde para crearlo todo, Dios tuvo que hablar y de la misma forma todos los grandes maestros y creadores de corrientes filosóficas la han utilizado en sus mensajes. De la misma forma y quizá contraria grandes líderes del mundo han provocado mucho daño en el caso por ejemplo de Hitler quien con su discurso envió a millones de seres a la muerte en el holocausto judío, así en el total de la segunda guerra mundial. Los grandes oradores han ejercido poder sobre multitudes y de esta forma es que existen miles de devotos, miembros de religiones, seguidores de mensajes mesiánicos, políticos y hasta sectas destructivas que han llevado al mundo a una historia continuada de conflictos y guerras.
¿Podría explicar el más tozudo de que manera la casualidad o la sugestión puede causar efectos tan significativos, desastrosos, inmensos y devastadores, siendo su génesis o principio desconocido por los actores o víctimas?
PARA MUESTRA UN BOTÓN.
Se que muchos no estarán de acuerdo con el ejemplo, pero el que dude que lance la primera piedra, si es que puede. Veamos lo que narra la Biblia la que para los escépticos es tan solo un libro canónigo, un relato literario aproximado a la realidad, pero… Una de las maldiciones más famosas y conocidas de todos los tiempos es la que el pueblo judío (Israel) ha tenido que soportar a lo largo de su historia. Extraemos algunos versículos de tan solo dos libros (hay mucho mas referencias), sobre una maldición lanzada hace mucho tiempo:
Deuteronomio 28:15
Pero sucederá que si no obedeces al SEÑOR tu Dios, guardando todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán:
Deuteronomio 29:27
``Por eso, ardió la ira del SEÑOR contra aquella tierra, para traer sobre ella toda maldición que está escrita en este libro;
2 Reyes 22:16
`Así dice el SEÑOR: ``He aquí, voy a traer mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, según todas las palabras del libro que ha leído el rey de Judá.
Isaías 1:3
El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo; pero Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.
Isaías 1:4
¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, generación de malvados, hijos corrompidos! Han abandonado al SEÑOR, han despreciado al Santo de Israel, se han apartado de El.
No se necesita mayor explicación sobre los numerosos textos que hacen relación a lo que este pueblo “elegido” ha sufrido por cientos de años y… sigue padeciendo de amenazas sobre su existencia.
Si alguien duda del poder de las maldiciones, será en el próximo artículo donde numerosos ejemplos a lo largo y ancho de este planeta junto a su historia confirmaran lo que en este artículo se ha dicho. Pareciera ser que a nivel particular o macro, las maldiciones han tenido efectos desastrosos. Familias enteras, individuos, sitios geográficos, empresas, hoteles, géneros musicales, películas, objetos, pueblos enteros, razas o equipos deportivos han padecido de mala suerte, todo debido a que un mal día alguien lanzó una maldición. ¿Lo cree usted? EMP.