En esta cuarta entrega de nuestro Archivo de lo increíble, bien pudiera señalarse que a veces el mundo se coloca “patas arriba”. Objetos que normalmente no debieran venir del cielo caen, causando asombro a los humanos. ¿Cuál puede ser la respuesta? Charles Fort decía: “es como si alguien en esferas lejanas, tirara desde el cielo las cosas”. ¿Verdad o simple imaginación? Lo cierto es que ocurre y esto nadie puede negar.
10 de marzo de 1986, Berlín Occidental – La familia Bruem transitaba plácidamente por la periferia de la ciudad, cuando de pronto algo golpeó el parabrisas, dejando una leve impresión. Al bajar del coche pudieron ver lo que cayó del cielo. Era nada menos que un dedo cercenado. El cielo era claro y ningún avión volaba, ni existía edificio de pisos en los alrededores.
2 de septiembre de 1945, San Luis, Missuri (EU) – La central de policía recibió centenares de llamadas inquiriendo sobre una extraña lluvia. La oficina del servicio del tiempo fue inundada de llamadas similares. El objeto era inquirir sobre la caída de miles de judías. Alguien preguntó literalmente: “Señor, ¿ha llegado el fin del mundo?”
10 de febrero de 1986, Columbia Británica – Durante tres días seguidos sobre un perímetro de unos cien metros cayó una extraña lluvia de lodo. Olía mal dijeron los testigos. Vehículos que estaban estacionados se vieron salpicados por el fenómeno, así como la escuela del lugar. “El olor es como a excrementos” – dijo un vecino. La explicación de las autoridades fue que un avión había vaciado su retrete. Sin embargo la pregunta difícil de responder fue: ¿Por qué tres días seguidos? El cielo siempre fue claro y nadie aseguro ver volar ningún objeto. ¿Quién transporto el material hacia el lugar? ¿Fue una teletransportación?
27 de agosto de 1968, entre Cocpava y San José de los campos, Brasil – Una lluvia de carne en cubos cayó sobre una zona de un kilometro. El material biológico era de un tamaño de cinco a vente centímetros de largo, color violeta y consistencia esponjosa, estaba mezclada con algo que parecía sangre. Hasta ahora no se sabe si se hizo ningún análisis de lo caído.
12 de julio de 1961, Shreverport (EU) – Obreros de una construcción vieron asombrados como del cielo caían melocotones duros y verdes. “Bajaban como si alguien los arrojara al cielo” – dijo un testigo. Era del tamaño de una pelota de golf. El servicio del tiempo afirmó que no hubo condiciones para que una tormenta levantara tales cosas. ¿Por qué sólo melocotones verdes y duros?
8 de marzo de 1999, Ciudad de Guatemala – Durante un reportaje de televisión realizado en el Instituto de Antropología e Historia cayó frente al reportero, el camarógrafo y varios arquitectos una corcholata. El objeto vino de la nada, pues el recinto es cerrado. Es un convento Dominico del tiempo de la fundación de la ciudad. Lo extraño es que la tapa contiene un logotipo de una gaseosa que no corresponde a las que están en uso. Además está desactualizada para la compañía internacional que la fabrica. Según algunos entendidos es de la década de los cincuenta.
Este tipo de caídas extrañas siempre tendrá una interpretación convencional para algunos. Pero enfrentados a la realidad y buscando explicaciones racionales, el investigador genuino se encontrará con detalles difíciles de enmarcar dentro de una respuesta lógica.