91 AC – Cerca de Spoletto, una esfera de color oro rodó por el suelo, aumentó de tamaño y pareció desplazarse por la tierra, hacia el Este. Luego alcanzó el grosor como para ocultar el sol.
(Julius Obsequens, Prodigiorum, Cap. 114)
85 AC – En el consulado de Lucio Valerio y Cayo Mario, un escudo en llamas rodeado de chispas atravesó el cielo.
(Plinio el Viejo, Historia Natural, Libro II, Cap. 34)
50 AC – “Muchas son la veces son las que nuestro Senado pidió a los decenviros consultar los oráculos... cuando se vieron dos soles o cuando aparecieron tres lunas y unas llamas de fuego fueron observadas en el cielo; o en aquella otra ocasión, cuando el sol salió de noche, al tiempo que se oyeron ruidos en el cielo, cuando la nube pareció estallar y se observaron extraños globos en el cielo”.
(M.T. Cicerón, De Divinatione, Libro I, Cap. 43)
42 AC – En Roma se produjo a la caída de la noche una luz tan brillante que las gentes se levantaron para trabajar a pesar que el día había terminado. En Murtino, se vieron tres soles hacia la hora tercia del día los cuales se unieron en un solo globo.
(Julius Obsequens, Prodigiorum, Cap. 130)
60 DC / 77 DC – Un escudo que llevaba una estela luminosa se vio por la noche. En el cielo de Roma apareció otro escudo rodeado de chispas.
Cortesía de historiageneral.com
NOTA DE SIGLO30.
Sobre estas últimas observaciones es necesario reflexionar sobre la posibilidad de un cometa. Sin embargo al aparecer una sola noche (el historiador no dice que por varias noches), luego el carácter local de sólo en Roma debemos suponer que fueron fenómenos locales. Un cometa permanece al menos visible al ojo humano por una semana. La descripción que lo compara con un escudo no puede ser más perfecta. Lo anterior implica que tenia una forma definida y despedía algún tipo de fuego a especie de fragua donde se construían y templaban las armas de aquel tiempo.
Respecto a la luz que cayó, cabe preguntarse si realmente lo hizo. El hecho de permanecer durante un lapso en que la gente pudo salir a trabajar para aprovechar su luz, indica que constituyo un fenómeno asombroso e inusual para la época desconocido. EMP