EL HOSPITAL JUAREZ, MEXICO DF.

Eduardo Mendoza P. Siglo 30

Toda ciudad americana que en sus hombros lleva más de 500 años de historia colonial tiene por antecedente los sucesos misteriosos que involucran fantasmas y aparecidos. La ciudad de México es una de ellas y cada vez que la visito por motivos muy variados, no dejo de documentar para esta página esos sitios donde los sucesos de dolor, miedo y terror han formado una leyenda que permanece viva en el imaginario colectivo de quienes la habitan.

Con esa idea un domingo por la mañana el 27 de septiembre de 2015, me dispuse temprano visitar el antiguo hospital Juárez o al menos lo que queda de el, esto en el barrio de la Merced, a unas cuadras al sur del famoso Zócalo.

Situado en las calles Jesús María y Fray Servando se encuentra hoy remozado y quizá un poco diferente a lo que era hace años atrás. La tarea fue infructuosa pese a que mi buen amigo y piloto Guillermo, hizo lo posible por situarme en la entrada principal. Resulta que como la moda es ahora cerrar calles y avenidas para dar paso a lo que en Guatemala se llama “Pasos y Pedales”, lo cual no es otra cosa que dejar libre grandes extensiones de pavimento para quienes desean tripular una bicicleta, pero cortando el paso a los automóviles que tienen que hacer verdaderas culebrinas para llegar a su destino, la cosa resulto infructuosa. En la calle que da acceso por la parte de atrás del hospital se encontraba cerrada y al centro de la entrada una no muy amable agente de tránsito nos dijo que no podíamos pasar. Ante tal cosa y como buen periodista le dije que como se hacía para llegar si una persona necesitaba asistencia urgente. Ella con rostro de película de horror sencillamente dijo “No se pueda pasar” Así que un poco desconsolado le dije a mi amigo que quizá el lunes (por la mañana debía estar en el aeropuerto Benito Juárez), en un momento podríamos rehacer la visita.

OTRA VEZ LO MISMO.

A eso de las diez con treinta de la mañana del lunes 28 nos encaminamos raudos y veloces hacia el lugar. ¡Ufff!, lo que estaba cerrado el día anterior estaba abierto. Era una vueltecita de tan solo unos metros y luego girar en “U” y se estaba frente a la entrada del hospital. ¡A mi no me pasaba nada, andaba en perfecta salud!     ¿Cuál era mi interés? Pus ni mas ni menos estar en un edificio donde se verifica una de las leyendas urbanas más famosas del México antiguo, la historia de “La Planchada”

Suspiré y me baje del auto y me siguió mi fiel piloto el cual llevaba la cámara de fotos. Al entrar me coloque en pose para testimoniar mi visita, pero o horror. Como salida de otra película de miedo una agente de la policía dijo con voz profunda y amenazadora: ¡No se pueden tomar fotos! Yo le explique que no había ningún mala intención y solo era un recuerdo, pero ella dijo… como la anterior, la de las bicicletas: ¡No se puede!   Termine por tomarme una fotografía en las afueras y con un cartelito que diera fe de mi intención de visitar el hospital donde se aparece la “Planchada”.

La planchada, La enfermera fantasma

.Desde 1847, existe una leyenda que se refiere una enfermera que aparece en el interior del hospital Juárez . Le dicen “La Planchada” por su ropa blanca, almidonada y pulcritud ya que su uniforme es de esa manera para que no se arrugue. .

Enfermeros, celadores y trabajadores del hospital, han escuchado, en las noches, ruidos y sonidos extraños. Pero es la atención que esta enfermera la que da tema a la historia ya que se dice el que el fantasma se aparece cuando algún enfermo no ha tomado sus medicamentos, ya sea por descuido o por cualquier otro motivo.

En varias ocasiones los enfermos argumentan que ya han tomado sus medicamentos, cuando en realidad la enfermera en turno no había suministrado medicamento alguno. En efecto, dada la descripción de esta enfermera, que pocos han visto (pacientes y enfermeras), se habla de haber atendido a “sus enfermos”.

En una entrevista el decano del Hospital Juárez, el doctor Eduardo Jiménez Sandoval con 40 años trabajando en el nosocomio, dice que hay una versión que un día llegaron los padres de la planchada en calidad de pacientes a los cuales atendió muy mal y murieron.

Otra versión es que coincide es que esta enfermera trataba mal a los enfermos, robaba sus medicamentos y era muy rigurosa por lo cual su espíritu vaga en el viejo edificio, lo cual es un castigo o remordimiento ahora cuidando que los enfermos se encuentren bien.

Una tercera versión es que al hospital llego a trabajar un doctor guapo, pero muy creído. Ella se enamoro de él, pero era un Don Juan y no le hacía caso. Finamente este galeno accedió a casarse con ella, pero un buen día desapareció diciendo que iba fuera del país a una misión. La Planchada poco tiempo después se enteró que el médico la había engañado y estaba trabajando en otro lado y casado. A raíz de eso se torno melancólica y desentendida de sus labores por lo cual varios pacientes murieron.

MAS TESTIMONIOS.

Hay ocasiones en que las enfermeras del turno de la noche, al hacer guardia se han quedado dormidas, y precipitadamente se han despertado sintiendo

un golpe con la palma de la mano en sus cabezas. Estas, al despertar, no ven a nadie a su lado. También se habla de un cuadro el cual según dicen los internos, correspondería a esta enfermera de la cual, también misteriosamente, no se sabe casi nada, solo que fue una mujer hermosa, de pelo corto y rubio, seria, pero sobre todo, estricta, siempre de uniforme blanco almidonado; caminando erguida por los pasillos.

La enfermera Romy del Rayo Gordillo, ha dado varias declaraciones a medios y dice que a todo el personal le consta la existencia del fantasma que describió como una mujer alta, rubia, de ojos azules, con ropaje similar al usado en el Virreinato, pero que nadie desea hablar de ello. El Hospital Juárez data desde la Conquista, cuando Fray Pedro de Gante fundó las cuatro primeras iglesias, de las cuales, una fue denominada Parroquia de los Indios de San Pablo, que estuvo a cargo de los padres franciscanos.

Finalmente tuve que conformarme con lo que narré al principio y tomarme la foto afuera pues no pude entrar ya que no era hora de visita y la malencarada policía con su actitud me insinuó que me podía conducir a los reparos, cosa que no valía la pena ya que como repito, el avión me estaba esperando para retornar a esta atribulada , pero hermosa Guatemala.

El próximo artículo a mi retorno con el tema “LOS FANTASMAS DEL MATEO FLORES” EMP.