Son ya varios siglos en que se discute sobre la posibilidad de que la mente influya sobre otras mentes o sobre la materia. El tema es furiosamente debatido por parte de la ciencia y apasionadamente defendido por los amantes de lo místico y lo oculto.
En esta terrible discusión se entromete desde hace unos cien años la Parapsicología, la que por cierto no es aceptada por la ciencia por el simple hecho de que intenta el estudio de lo que los gurús de la investigación dicen que simplemente no existe. Los apasionados del misterio exponen sus argumentos basados principalmente en que los fenómenos están presentes y son parte de la vida cotidiana. Mientras lo escépticos contra atacan diciendo que no es posible demostrar tal cosa en el laboratorio. La parapsicología enumera y clasifica los hechos, los trata de certificar y conocer de su existencia, los documenta y crea archivos. La ciencia sencillamente no los toma en cuenta.
Un ejemplo claro son los temas de la Telepatía o la Clarividencia, lo cual significa la acción de la mente sobre el conocimiento, por otro lado comunicación a distancia o el viaje de exploración hacia el pasado y el futuro. Otro es la existencia del ser humano en un más allá, en otras palabras en algún distinto espacio tiempo. Cierto es que la tecnología actual se basa en las cuatro fuerzas que mueven el universo y las cuales a través del electromagnetismo, la gravedad y las fuerzas atómicas fuerte y débil hacen dar vueltas a las cabezas que tienen que ver con las formulas físicas. No hay más para el científico a lo cual los parapsicólogos responden con una quinta energía la que llaman “Psi”.
El problema básico es que las cosas ocurren, para mal de los incrédulos que no tienen argumentos para negar lo que frente a sus ojos sucede. Lo único que les queda a los de la bata blanca es negarlos y de esa forma es como cerrar los ojos ante la evidencia, es más a muchos de ellos les ocurren cosas, pero ante ellas meten la cabeza en la tierra como avestruces que tienen miedo a ver lo que se les viene encima.
La gran cantidad de fenómenos que la Parapsicología clasifica tienen explicaciones que no son prosaicas, pero si fantásticas. Esta corriente de pensamiento e investigación propone hipótesis que como en la historia de la ciencia dice fueron increíbles, pero que los señores del laboratorio luego tuvieron que bajar la cabeza ante la realidad. Ejemplos claros fueron las declaraciones de que “piedras no podía caer del cielo”, “el hombre jamás podrá volar”, “los cohetes dirigidos son ficción”, “los agujeros negros son irreales”, “no hay planetas alrededor de estrellas” o “no hay existencia de agua en el universo”.
Mentes abiertas y receptivas, revolucionarias, no enclaustradas o altamente imaginativas son las que han hecho cambiar el curso de la historia y el conocimiento.
El primer curso de introducción a la Parapsicología ha concluido este sábado 11 de noviembre. El conocimiento adquirido ha hecho cambiar la mente de quienes asistieron. Profesionales, estudiantes y personas en general fueron evaluados para de esa forma organizar el “Grupo de Observación y Estudio Paranormal”, cuya misión es el emitir opinión y apoyar a las personas que pasan por momentos de incertidumbre ante lo insólito y misterioso. Esperamos que “GOEP” tenga larga vida y se convierta en el difusor de la increíble temática que ya por 38 años consecutivos en el aire, ha mantenido el programa radiofónico. Siglo XXX.