EL CASO DE TOMMY BOWMAN.

FECHA: 23 DE MARZO DE 1,957

HORA: 14:30

LUGAR: Embalse Puerta del Diablo,
ciudad de Altadena,

                 Parque Nacional de los
Angeles.

 LOS
HECHOS

Tommy
desapareció para siempre de la faz de la tierra.  ¡Se lo llevo una fuerza desconocida o fue
víctima casual de un fenómeno inexplicable de espacio tiempo!   ¿Dónde está ahora el niño? ¿Ha muerto o aun
permanece consciente una extraña y diferente dimensión?

El
inexplicable caso queda de esa forma en los archivos de lo increíble.  Hipótesis que lo expliquen racionalmente o
bajo la lupa de los escépticos, son difíciles. 

Jamás
la familia de Tommy  recibió llamadas de
amenaza o solicitud de rescate.  El niño
no tenía antecedentes de inestabilidad emocional o algún síndrome de fuga.   La idea de que sufrió algún inusitado
accidente tampoco es lógica. 

Este
es otro de los casos en que la única explicación radica en un disturbio del
espacio tiempo o un rapto por parte de fuerzas desconocidas.   Al parecer los sujetos a este tipo de
secuestro no pierden su materia coherente o su facultad de consciencia.  Recordemos el ya clásico caso de David Lang,
donde aun su voz se escuchaba a pesar de estar ya transitando entre esta
realidad y la otra.   La posibilidad de
espacios paralelos aun se cuestiona científicamente, esto en su naturaleza
física, más no teórica.

La
sola idea de  sucesos que implican la
desaparición de personas, es aterradora, ya que sería un fenómeno quizá
fortuito o selectivo.  De todas formas no
controlable por el genero humano.   

ESTA
ES LA HISTORIA.

La
familia del niño Tommy Bowman realizaba el final de su visita al parque Nacional
de los Angeles, California. Iba delante de la columna de familiares sobre un
sendero de tierra que más adelante doblaba el pequeño cerro dentro de un bosque
de pinos, casi e la orilla del embalse.

Tommy
dio vuelta al recodo. El resto de personas, las cuales transitaba a tan solo
unos pasos, no tardo en llegar al lugar. 
Sin embargo el camino estaba vacío. 
Fue en este instante donde comenzó el misterio. 

Para  la familia del niño fue incomprensible al
principio, pero luego se convirtió en pánico y luego en horror. ¡Era imposible
que la criatura hubiera tomado otro camino, enfrentara una emergencia, accidente
o quizá hubiera sido sujeto de un secuestro!

Dos
horas más tarde más de 400 personas, entre voluntarios y guardias, buscaban
afanosamente al niño. Llego la noche y la búsqueda fue suspendida, la razón:
¡imposibilidad de que el niño estuviera demasiado retirado del lugar!   La hipótesis del rapto no era sustentable
debido a la rapidez con que hubieran actuado los secuestradores o la
inexistencia de vehículos para el escape rápido.

Al
día siguiente un pelotón de expertos en bosques investigó grietas y agujeros
por donde podría haber caído el menor. 
La policía montada y perros se unieron a la búsqueda.   

El
sendero y el recodo fueron examinados una y otra vez.  Los alrededores no presentaban piedras
desalojadas, ramas rotas, manchas de sangre. 

Las
autoridades y familiares continuaron por más de una semana la infructuosa
búsqueda sin resultados.

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