La mujer de blanco
La mujer de blanco

A lo largo de la historia se cuentan miles de casos donde seres aparecen sin una razón clara o mucho menos un lugar de donde provienen. De esa forma existen narraciones que da cuenta de este extraño fenómeno. ¿Se desprenden de una dimensión paralela a la nuestra?

A lo largo de la historia se cuentan miles de casos donde seres aparecen sin una razón clara o mucho menos un lugar de donde provienen. De esa forma existen narraciones que da cuenta de este extraño fenómeno. ¿Se desprenden de una dimensión paralela a la nuestra? ¿Son figuras manipuladas por alguien? ¿Juegos de nuestra imaginación? ¿Seres que conviven con nosotros? Hasta ahora, pese a las creencias y filosofías, no existe una explicación clara, pero que ¡Existen, existen!

A continuación dos narraciones que evidencian lo anterior. Estas me fueron enviadas por personas que enfrentaron lo increíble.

EL EXTRAÑO DEL SOMBRERO.

Allá por el año 1954, estaba yo recién graduado como maestro de Educación Primaria. Mi primer trabajo fue interinato de seis meses que le hice a don David Solís, lamentablemente hoy fallecido, una labor docente en la escuela para varones en el municipio de San Jerónimo B.V. Vivía en Salamá y para ir a la escuela salía a las cuatro y media de la mañana. En ese tiempo no circulaban muchas bicicletas, tenía una, la que compre después de un mes de trabajo. Una madrugada caminando para la escuela, iba a la altura de la escuela de San Juan, que en ese tiempo no estaba allí localizada; me di cuenta que detrás de mí caminaba un muchacho con sombrero de ala ancha, por lo que no se dejaba ver el rostro. A pesar de caminar yo despacio, no me alcanzaba. Esto me preocupó un tanto, al fin me alcanzó. Me platicó con voz suave que por allí aparecían cosas extrañas.   Luego entré en miedo (tenía 19 años de edad) Me di cuenta que me dejó de hablar. Ya aparecían los primeros rayos del sol. El supuesto amigo se despidió de mi sin dejarse ver el rostro que se cubría con su sombrero de ala ancha. Atravesó unos cercos de alambre sin siquiera agacharse. Al día siguiente fui a mi trabajo en bicicleta más temprano, a las seis y media.

P. Benjamín Ramos San José.

LA MUJER DE BLANCO.

Con mucho esfuerzo compre un lote en lo que hoy es la 32 avenida de la Colonia Santa Ana, Zona 5. Allí construí dos cuartos al fondo y cerqué con lepa el frente. Trabajaba yo en el ferrocarril, esto para la década de los cuarenta. Todas las tardes iba a ver como habían quedado las habitaciones y cuando estuvieron terminadas me fui ha vivir allí. Una madrugada me despertó un raro presentimiento, era como si alguien me llamara. Salí a ver y cual no sería mi sorpresa que parada al fondo estaba una mujer vestida de blanco, como de primera comunión. Le grite, por cierto que no habían mas casas cerca, ella solo estaba mirándome. Entonces saqué un revolver viejo de mi abuelo y le hice un disparo. Ella se fue desvaneciendo y lo me quede aterrado. Esa madrugada y las siguientes noches no pude dormir bien. Francisco M. Paredes

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