“Muerte… ¿DONDE ESTAS?”
“Muerte… ¿DONDE ESTAS?”

El transplante de órganos ha planteado un serio problema para las corrientes filosófica-religiosas que creen en la existencia del espíritu.

El transplante de órganos ha planteado un serio problema para las corrientes filosófica-religiosas que creen en la existencia del espíritu.

Ahora la perdida de la viabilidad en el ser humano no conduce inevitablemente a la Muerte. Casi cualquier visera u órgano puede reemplazarse, tal y como si fuera una pieza defectuosa de una máquina y seguir funcionando.

Si deseamos creer en la existencia de un ente que radica en todo el cuerpo y no solo en el cerebro, debemos considerar entonces la posibilidad de que una parte de él, radique en cada una de las partes de nuestro organismo . No referimos al espíritu, del que a lo largo de la historia tanto se ha dicho.

Debido a lo anterior la pregunta ¿Muerte donde estas? Es perfectamente válida. Hoy en este siglo ya no podemos más que pensar que esta condición introduce un serio problema para los espiritualistas y espiritistas.

Al fallecimiento de un ser humanos teóricamente su cuerpo está muerto, pero la mayoría de sus órganos siguen vivos. Es aquí donde se hace necesario la definición de las tres clases de muerte que existen.

MUERTE CLINICA, SOMATICA Y MOLECULAR.

La primera se refiere a la condición por la cual un médico dictamina en forma preliminar la muerte de un individuo. Esto se realiza la mayoría de veces por intermedio de reacciones vitales que aparentemente ya no existen. Reacción de pupila, sangrado de encías , ausencia de respiración, toma del pulso, etc.   En varias oportunidades este tipo de dictamen resulta insuficiente.   La muerte somática es cuando el individuo tiene sus órganos viables, pero su corazón y cerebro ha dejado de funcionar.   La molecular se refiere a la cadena que arrastra todas las células a la descomposición orgánica. De la clínica en hombre puede regresar, pero no así de la somática y molecular. Sin embargo existe una gran diferencia, en la somática aun pueden rescatarse muchos órganos para ser implantados en otro ser vivo y continuar existiendo como tales.   Es aquí donde se presenta la dificultad. ¿El corazón de Juan Pérez colocado en Pedro Blanco continua siendo de Pérez o no? ¿La envoltura espiritual que es propia de una parte de algo, es reemplazada por la de otro? Una visera que hace importante la vida, hace suyo el espíritu de otra persona o el ente de la fallecida se apropia del implantado?

Profundas reflexiones sobre esto no resuelven el problema, aun cuando pareciera sin importancia, si la tiene.  

¿MUERTE DONDE ESTAS?

De lo anterior inferimos que el ser humano va muriendo por partes.   De los últimos en dejar de existir están órganos de células fuertes como el hígado, el cabello y los huesos.

De esta forma se sabe que un paro cardíaco no es signo de muerte absoluta. La región motora de la respiración, localizada en la parte posterior del cerebro, prácticamente autónoma y por reflejo sigue enviando impulsos. Esto quiere decir que aun cuando el bombeo del corazón no exista, el proceso aun permanece activo. Es por esta razón que a la inyección de adrenalina, el individuo aparentemente muerto reaccione con normalidad.

El tema es interesante puesto que aclararía la verdad sobre lo que se ha planteado del retorno. Este asunto a dado media vuelta al mundo con los libros del Dr. Moody, los cuales intentan confirmar la vida después de la muerte. Sin embargo sostengo que “el que muerto esta, muerto esta”. En otras palabras la muerte no es la falta de reacciones en el ser humano, así como tampoco la falta de conciencia.   Si una cosa es cierta lo es que a pesar de miles de años de creencia en la otra vida, hasta ahora nadie puede dar pruebas de cómo es. Quizá lo único a lo que se puede echar mano es son las creencias filosófico – religiosas las cuales a su modo explican como es el otro mundo.   Muchos de los fenómenos asociados, han sido aclarados por la parapsicología, moderna rama del conocimiento que estudia lo que esta al lado de lo normal .en la conducta humana. De modo que cuando alguien muere, es licito preguntar... ¿Que de él es lo que ha muerto y cuando realmente se puede decir que falleció?

Una interesante cuestión que hace surgir un nuevo debate sobre la existencia de un espíritu global o fraccionado y la posibilidad de un retorno después de haber muerto realmente.

Es por esto que en el curso de Parapsicología que se dicta en Guatemala, se establece la necesidad de una discusión amplia y seria sobre el otro mundo y como se pasa y que pasa en él. No es que se niegue que algo sobrevive, pero si del como se supervive.

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PREGUNTAS SIN UNA RESPUESTA CLARA.

¿Qué es lo que determina quienes puede regresar como difuntos y quienes no? ¿Por qué los espectros aparecen vestidos en la forma que fueron enterrados o vestían en vida? ¿Por qué algunos dicen ver cuando aparentemente han muerto, cosas tan diversas como:   familiares, caminos, montañas, imágenes religiosas, figuras vestidas con túnicas blancas, diablos, nubes y hasta ciudades de luz? ¿Por qué la diferencia entre el otro mundo de una y otra religión? ¿Será que fueron tan solo dramatizaciones del inconsciente ya que la persona realmente no ha muerto? ¿Dónde está situado el más allá?   ¿Se continúa con los mismos hábitos de conducta que en la tierra, pese a no tener cosas materiales donde ejercerlas?   ¿Continúan siendo esposos los esposos, siguen siendo hijos nuestros hijos, primos, nietos, sobrinos, etc.   Un niño que muere continua creciendo o sigue como niño. De alli las preguntas que se plantean en el curso para reflexión.

¿Cuándo en realidad morimos? ¿Cómo pasamos al otro lado? ¿Con que pensamos? ¿Como nos movilizamos? ¿Cuánto tardaremos allí? ¿Vivimos el mismo espacio tiempo que aquí en la tierra? ¿Quiénes va al otro mundo… solo los humanos, los animales y las plantas también? ¿Mantenemos nuestra forma con brazos y manos, pies y cabeza?

Pese a lo que muchos piensan o han experimentado, la cosa no tan sencilla.

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