Los astrónomos se sonrojaron y se rasgaban las vestiduras ante semejantes disparates, pero coko ocurre siempre cuando lo que critican se torna realizad, callan para siempre. A continuación una nota periodística de este año, la cual en septiembre nos informa sobre la observación de un sistema donde dos planeta han colisionado. Velikovsky no andaba lejos.
E. Mendoza P.
Descubren restos de polvo de dos planetas terrestres.
Dos planetas terrestres orbitando una estrella madura similar al Sol a aproximadamente 300 años luz de la Tierra sufrieron recientemente una violenta colisión, según informarán astrónomos de UCLA, la Universidad Estatal de Tennessee y el Instituto Tecnológico de California en un ejemplar de diciembre de Astrophysical Journal, la principal revista de astronomía y astrofísica.
“Es como si la Tierra y Venus chocaran entre sí”, dijo Benjamin Zuckerman, profesor de UCLA de física y astronomía y coautor del artículo. “Los astrónomos nunca han visto nada como esto antes. Aparentemente, las grandes colisiones catastróficas pueden tener lugar en un sistema planetario totalmente maduro”.
Descripción artística de dos planetas en colisión en un sistema binario similar al Sol a aproximadamente 300 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Aries. Trabajo artístico de Lynette R. Cook. (clic para ampliar)
“Si había vida presente en alguno de los planetas, la colisión masiva la habría aniquilado en cuestión de minutos — el evento de extinción final”, dijo el coautor Gregory Henry, astrónomos de la Universidad Estatal de Tennessee (TSU). “Un disco masivo de polvo emitiendo en el infrarrojo que orbita otra estrella proporciona un testimonio silencioso de este fatal destino”.
Zuckerman, Henry y Michael Muno, astrónomos de Caltech en el momento de la investigación, estudiaban una estrella conocida como BD+20 307, la cual está rodeada una asombrosa cifra de un millón de veces más polvo que el que orbita nuestro Sol. La estrella está situada en la constelación de Aries. Los astrónomos recopilaron datos de Rayos-X usando el Observatorio Chandra de Rayos-X y datos de brillo procedentes de uno de los telescopios automáticos de TSU’s en el sur de Arizona, esperando medir la edad de la estrella.
“Esperábamos encontrar que BD+20 307 era relativamente joven, de unos pocos cientos de millones de años como mucho, con el anillo masivo de polvo señalando las etapas finales de la formación del sistema planetario de la estrella”, dijo Muno.
Esas expectativas se demostraron prematuras, no obstante, cuando la astrónomo de la Institución Carnegie de Washington Alycia Weinberger anunció en el ejemplar del 20 de mayo de 2008 de Astrophysical Journal que BD+20 307 en realidad es un sistema binario estelar cerrado — dos estrellas orbitándose alrededor de un centro de masas común.
“Tal descubrimiento revisó radicalmente la interpretación de los datos y transformó la estrella en un único e intrigante sistema”, dijo el astrónomo de TSU Francis Fekel quien, junto con Michael Williamson de TSU, se pidió que proporcionara datos espectroscópicos adicionales de otro telescopio automático de TSU en Arizona para ayudar en la comprensión de este excepcional sistema binario.
Los nuevos datos espectroscópicos confirmaron que BD+20 307 está compuesto de dos estrellas, ambas de masa, temperatura y tamaño muy similar, a nuestro Sol. Orbitan sobre su centro de masas común aproximadamente cada 3,42 días.
“Los patrones de abundancia de elementos en las estrellas demuestran que son mucho más viejas que unos pocos cientos de millones de años, como se pensaba originalmente”, dijo Fekel. “En lugar de esto, el sistema binario parece tener una edad de varios miles de millones de años, comparable a nuestro Sistema Solar”.
“La colisión planetaria en BD+20 307 no fue observada directamente sino que se infirió a partir de la extraordinaria cantidad de partículas de polvo que orbitan a la pareja binaria aproximadamente a la distancia que la Tierra y Venus están de nuestro Sol”, dijo Henry. “Si este polvo apunta efectivamente a la presencia de planetas terrestres, entonces representa el primer ejemplo conocido de planetas de cualquier masa en órbita alrededor de una estrella binaria cerrada”.
Zuckerman y sus colegas informaron por primera vez en la revista Nature en julio de 2005 de que BD+20 307, cuando aún se pensaba que era una estrella única, estaba rodeada por más polvo orbital caliente que ninguna otras estrella similar al Sol conocida por los astrónomos. El polvo está orbitando el sistema binario estelar muy de cerca, donde los planetas similares a la Tierra es más probable que estén y donde el polvo normalmente no sobrevive mucho tiempo. Las pequeñas partículas de polvo son empujadas por la radiación estelar, mientras que los trozos mayores quedan reducidos a polvo en colisiones dentro del disco y entonces son triturados. De estar forma, las colisiones de formación de polvo cerca de BD+20 307 deben haber tenido lugar bastante recientemente, probablemente en los últimos cientos de miles de años y tal vez mucho más recientemente, dicen los astrónomos.
“Esto propone dos cuestiones muy interesantes”, dijo Fekel. “¿Cómo se desestabilizan las órbitas planetarias en un sistema tan maduro y viejo, y podría tener lugar tal colisión en nuestro propio Sistema Solar?”
“La estabilidad de las órbitas planetarias en nuestro Sistema Solar ha sido considerada durante casi dos décadas por el astrónomos Jacques Laskar en Francia y, más recientemente, por Konstantin Batygin y Greg Laughlin en los Estados Unidos”, apuntó Henry. “Sus modelos por ordenador predicen movimiento en el futuro lejano y encontraron una pequeña probabilidad de colisiones de Mercurio con la Tierra o Venus en algún momento en los próximos 1000 millones de años o más. La pequeña probabilidad de que esto suceda puede estar relacionada con la rareza de los sistemas planetarios muy polvorientos como BD+20 307″.
“No hay duda, sin embargo”, dijo Zuckerman, “de que las han tenido lugar grandes colisiones en el pasado en nuestro Sistema Solar. Muchos astrónomos creen que nuestra Luna se formó a partir de colisiones de dos embriones planetarios — la joven Tierra y un cuerpo de aproximadamente el tamaño de Marte — un impacto que creó una cantidad tremenda de escombros, algunos de los cuales se condensaron para formar la Luna y otros quedaron en órbita alrededor del joven Sol. Por el contrario con el impacto masivo del sistema BD+20 307, la colisión de un asteroide con la Tierra hace 65 millones de años, la explicación favorita para el final de los dinosaurios, fue insignificante”.
En si novela de 1932 “When Worlds Collide (Cuando los mundos colisionan)“, los escritores de ciencia-ficción Philip Wylie y Edwin Balmer visionaron la destrucción de la Tierra por la colisión con un planeta con una estrella que pasaba cerca. El clásico del cine de 1951 basada en la novela inició una larga serie de historias de aventuras basadas en apocalípticas rocas espaciales que chocaban contra la Tierra.