El tema de si hay vida en el más allá no es simple ni mucho menos sencillo. Tampoco es un asunto ya resuelto, pese a que la posibilidad de sobrevivir a este mundo sea una idea tan ancestral desde que el ser humano de convirtió en homo sapiens, sapiens.
En el mundo y las corrientes de investigación es mas que probable que en alguna parte o en algún tiempo se ha hecho el intento de certificar la existencia de energías, llámese entes, espíritus o fuerzas diabólicas, todo en busca de la existencia de un más allá. Por lo general los investigadores han recurrido en la búsqueda visitando lugares infestados (encantados o embrujados), llevando consigo algún instrumental que hoy la tecnología aporta como los medidores de radiofrecuencia, electromagnetismo, sensores de espacio, grabadoras de audio y a veces con el aporte de sensitivos o médiums.
Lo singular de experimento GEOPS fue que basándonos en la condición de que todo fenómeno paranormal en un alto grado surge en condiciones de “inconsciente alterado”, unido a esto se empleó la utilización de equipos como los antes mencionados agregando: dos Ghost Radar, cuatro grabadoras analógicas y digitales, dos receptores de ruido blanco, uno de ellos conectado a un editor de sonido (para ver la gráfica), sensores de espacio y de vibración, tres medidores de MLF y energía estática (ver artículo sobre ellos en esta misma página), además de tomas fotográficas y grabación de video.