¿EL MISTERIO DE LA ESTRELLA DE BELEN?
¿EL MISTERIO DE LA ESTRELLA DE BELEN?

Muchas son las cosas en nombre de la especulación se pueden decir o escribir. También varias las que quedan expuestas a severas criticas por parte de los aludidos o los entendidos. Hoy vamos a dejar a ustedes, con el mayor respeto, una fantástica hipótesis que a no dudar, les hará meditar profundamente ya que, como observarán, todo lo expuesto tiene una base lógica y perfectamente admisible.

 

Muchas son las cosas en nombre de la especulación se pueden decir o escribir. También varias las que quedan expuestas a severas criticas por parte de los aludidos o los entendidos. Hoy vamos a dejar a ustedes, con el mayor respeto, una fantástica hipótesis que a no dudar, les hará meditar profundamente ya que, como observarán, todo lo expuesto tiene una base lógica y perfectamente admisible.

 

Todo los años por esta época, son varios los científicos que se atribuyen haber encontrado una respuesta al misterio de la luz que guió a los magos. Tanto astrónomos profesionales como aficionados hablan de una conjunción de planetas, un cometa, una nova y hasta de las estrellas del centro de la constelación de Orión, llamadas las tres marías. Sin embargo y pese a todo , nadie a dado una respuesta coherente y solo se quedan en especulaciones.

¿Es posible que la estrella de Belén fuera un objeto no identificado?

No hablamos aquí de Platillo Volante o Nave Extraterrestre, simplemente de un objeto que no es posible decir que es.

Escabroso asunto para algunos. Sin embargo vamos a internarnos en este apasionante y delicado asunto, que por cierto, es primera vez que se publica en esta página al mundo. . Tomemos entonces la única referencia que se tiene de este complicado fenómeno Remitimos al lector a la Escritura Bíblica que hace alusión a la estrella de Belén. Se dice en el segundo capítulo del evangelio de San Mateo, Versículo Primero:

1.- Cuando Jesús nació en Belén de Judea en los días del rey Herodes, vinieron de Oriente, a Jerusalén unos magos,

2.- Diciendo: ¿Dónde está el rey de los Judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

3.- Oyendo esto el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

4.- Y convocados todos los principales sacerdotes del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

5.- ellos dijeron: en Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta.

Luego sigue diciendo la escritura sobre este asunto:

7.- Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella;

8.- Y enviándolos a Belén, dijo: Id halla y averiguad con diligencia del niño; y cuando lo halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y lo adore.

El texto que a continuación viene, es el más significativo para el estudio del fenómeno:

9.- Ellos habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí que LA ESTRELLA QUE HABIAN VISTO EN EL ORIENTE IBA DELANTE DE ELLOS, HASTA QUE LLEGANDO SE DETUVO SOBRE DONDE ESTABA EL NIÑO.

10.- Y al ver la estrella se regocijaron con muy grande gozo.

Finaliza el versículo doce así:

12.- Pero siendo avisados por REVELACIÓN EN SUEÑOS que no regresan a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Entremos al análisis del asunto. Es claro que los magos (así dice la escritura y aunque se busque en cualquier versión de la Biblia no se encontrará la palabra ¨reyes¨), habían venido siguiendo la estrella o luz en el firmamento desde hacía algún tiempo atrás. Es claro que venían de Oriente y no de tres puntos diferentes. Aún cuando la palabra mago se refiere a “quizá” sabios, se sabe que en aquel tiempo el país por excelencia de los magos era Egipto.

El punto luminoso tenía evidentemente un movimiento inteligente, pues de lo contrario hubiera confundido a los magos con cualquier otra estrella en el cielo. Recordemos también que para aquel tiempo toda luz en el cielo era una estrella.

Otro de los detalles extraños es que la estrella iba siempre delante de ellos mostrándoles el camino (de esto no se puede dudar), al extremo que llego el momento de detenerse y señalar un lugar exacto en la superficie de nuestro planeta (el lugar donde estaba el niño).

Supongamos ahora, como un ejemplo, que tres personas van a ser guiadas desde distintos puntos de nuestra república, hacia la capital.

Situemos a una persona en El Petén, la otra en Quetzaltenango y la última en Jutiapa. Todas, por medio de una señal en el cielo, serán conducidas hasta el centro de la ciudad de Guatemala. El ejemplo puede aplicarse a cualquier país.

Así las cosas todos sabemos que las estrellas salen en el Oriente y se ponen en el Occidente. Bien, nuestros personajes tendrían que esperar la llegada de la noche, que bien pudiera ser una noche de octubre o noviembre para llegar a tiempo el 24 o 25 de diciembre, fecha teórica de la cita. Al oscurecer, la estrella aparecería, como dice la tradición, en el Oriente. Pero las cosas comienzan a complicarse cuando avanza la noche, pues inevitablemente el astro comenzaría a elevarse por el movimiento de rotación de la tierra (recordemos que las estrellas no están fijas en el cielo), hasta llegar al centro de la bóveda celeste (el cenit).

Llegado el momento y después de haber caminado hacia el Oriente, nuestros tres personajes estarían viendo (desde los distintos lugares en que se hallaban), al mismo centro del cielo, y al continuar la noche la estrella caería hacia el Occidente, para finalmente en horas de la madrugada ocultarse en ese sitio. Los tres hombres habrían andado primero hacia Oriente, luego hacía Occidente pero lo más grave del asunto es que al día siguiente desandarían de sus pasos, pues volverían a ver la estrella en el Oriente y tendrían que caminar hacia allí. Esto sería un ir y venir todos los días sin llegar a ningún lado.

Recordamos que esto sucedería si la estrella de Belén hubiera sido realmente una estrella. Muchos investigadores han dicho que la luz que guío a los magos fue una conjunción de dos o más planetas, una explosión de una nova o supernova en el espacio y llegan a decir que posiblemente fue un cometa que salió por aquellos tiempos. Nosotros no creemos nada por el estilo. ¿Por qué nos atrevemos a decir esto? He aquí las conclusiones.

El objeto que emitía luz seguramente no estaba fuera de nuestra atmósfera, pues de lo contrario le hubiera pasado lo que a las estrellas, que giran interminablemente en el cielo saliendo por un lado y metiéndose por el otro, para repetir el mismo curso al siguiente día.

Por lo anterior no pudo ser una estrella convencional, ni una conjunción de planetas, ni mucho menos un cometa, una nova o supernova, mucho menos las estrellas de Orión.

Si realmente hubiera sido una estrella y ésta hubiera estado cerca de la tierra como para señalar un punto determinado, entonces habría quemado la tierra entera, pues sabido es que estás mantienen temperaturas muy altas; de hecho el sol nuestro es una estrella, aunque por cierto de las más pequeñas del Universo.

Por las anteriores razones el punto luminoso estaba muy cercano a la tierra y tenía movimiento inteligente, pues llegó a pararse en un punto determinado.

Recordemos la escritura: ¨Iba delante de ellos¨; era claro que iba delante de ellos (si vamos a creer en la Biblia) , y no les quemaba.

El punto ha de haber sido muy luminoso pero, cosa muy lógica, sólo era muy visible a los Magos, pues de lo contrario el rey Herodes hubiera visto la luz y sin duda alguna habría encontrado el lugar de nacimiento de Jesús.

¿Era invisible para todos los demás? ó ¿Iba muy cerca de los magos? Creemos lo segundo, es más lógico y convincente.

La actuación del objeto luminoso evidentemente era característico de algo que se movía con razón e inteligencia, guiando a tres hombres hacia un mismo lugar. Decimos tres aunque bien pudieron ser cuatro o más, pues de nuevo en ninguna parte de la Escritura se encuentra un número específico, sólo se dice ¨los Magos¨, además no se menciona tres distintos lugares, si no ofrendas..

Para finalizar, diremos que evidentemente era una luz que no provenía de una estrella, sino conforme a su comportamiento debió, de haber estado a pocos metros de altura, esto lo decimos pues para poder detenerse y con precisión señalar sin lugar, a duda un sitio específico , no cabe la menor duda que estaba muy cerca.

Esta luz estaba situada dentro de nuestra atmósfera y se desplazaba de un lugar a otro con un propósito definido, tanto de día como de noche.

Un fenómeno maravilloso, no cabe duda; no vamos a decir, repetimos que se trataba de un ¨plato volador¨, pero si debemos concluir que evidentemente se le podría definir como un ¨objeto volante no identificado¨. Pese a las numerosas explicaciones astronómicas que surgen cada año, ninguna es congruente con la escritura.

ecordemos que para todos en aquella época, la de los Magos, todo lo que producía luz en el cielo era una estrella. Hoy para nosotros no es así, pues existen aviones, sondas globos y ¡ovnis!.

¿Qué fue la estrella de Belén? Usted tiene ahora la respuesta, la cual recomendamos sea ecuánime y sin apasionamientos, ya que de una u otra manera no desvirtúa la cualidad divina y grandiosa de aquel que nació en estas fechas y nos vino finalmente a enseñar algo que nadie cumple debidamente en nuestro siglo: “Amaos los unos a los otros”

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