Si alguien afirmara que a lo largo de la historia de la aviación han desaparecido gran cantidad de aviones sin dejar rastro, posiblemente sería señalado como ingenuo y fantasioso. Aun hoy hay quienes se resisten a creer en lo insólito y permanecen sumidos en una cerrazón mental que solo les permite ver lo que hay frente a sus ojos, pero no más allá. Otros que si están informados esconden los hechos. Si le dijera que no es un invento novelesco y que además de las naves, no se sabe a donde fueron a parar los tripulantes y pasajeros, el asunto toma un carácter de sensacional. La cuestión es que esta clase de sucesos han ocurrido y continúan sucediendo. Tan solo hace unos meses, como todo el mundo lo sabe, el vuelo MH370 de Malasia Air desapareció para siempre y hasta principios de este año no se sabe nada de a donde fue a parar, pese a la intensa busqueda de mas de 20 países y decenas de aviones , barcos y satélites que han rastreado el mar,
Pero vayamos primero a un caso que fue un reto para los militares más adiestrados del mundo, un estamento y gobierno que ha negado sistemáticamente todo suceso que involucre su desconcierto y falta de respuesta ante lo ocurrido.
EL CASO QUE DIO EN EL CORAZÓN DE LA SEGURIDAD AEREA DE E.U.
El 11 de marzo de 1998 casi todas las agencias de noticias del mundo difundieron una nota que ningún medio de comunicación le otorgó importancia, pese a que el más alto organismo de la aviación americana lo tituló de grave. El avión donde viajaba el presidente Clinton desapareció de las pantallas de radar que lo seguían.
Este hecho es inusual, pues cada vuelo del “Air Force One” , es estrictamente controlado y con carácter de prioridad uno. Para los operadores de vuelo y para todo el sistema de seguridad la posición del avión del presidente de los Estados Unidos es vital. La tecnología empleada, la mejor del mundo, no puede perderlo en su posición jamás.
Lo que dice la noticia
“Washington, 11 de marzo (NTX). La Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos investiga los motivos por los que durante 24 segundos desapareció de los radares del control aéreo, el avión presidencial, Air Force One, se informó hoy.
La agencia, que regula la aviación estadounidense, informó este martes, mientras el presidente William Clinton se trasladaba al estado de Connecticut, que su avión desapareció de las pantallas de los radares, sin que se sepan las causas.
El organismo federal ordenó que el sistema de monitoreo aéreo en Nueva York fuera inhabilitado a fin de examinarlo y de inmediato se instalara uno de respaldo de emergencia.
La FAA indicó que el incidente es de gran gravedad porque en el tiempo en que la nave desapareció de las pantallas, los controladores aéreos pudieron haber dado instrucciones erróneas a otros aviones que volaban en la vecindad de la aeronave presidencial y provocar una catástrofe nacional”.
En otras informaciones se hablaba de una alerta aérea en todo el país ya que por segundos se temió un atentado o quizá en último caso un accidente aéreo.
Luego de pasar los segundos y volver a la vida el eco del los radares primarios y reestablecer la comunicación con los secundarios (eran varios los que lo seguían), todo volvió a la naturalidad” Como siempre nunca se revelo que fue lo que sucedió, mucho menos el dialogo de los pilotos con las torres de control.
El fenómeno no es extraño
Aún cuando el caso es raro, no es ajeno a la historia de la aviación. Hablamos de la desaparición de aviones. En mis archivos existen numerosos sucesos de naves perdidas. No se trata de un cuento chino, si no de una terrible realidad. Pongamos un ejemplo para dejar tranquilos a los escépticos. Sucedió un 2 de abril de 1997.
Tomamos la información de la revista Newsweek: “En una soleada mañana de abril, Botton estaba volando en la cola de una formación de tres aviones sobre Arizona, a punto de lanzar su primera bomba de 240 kilos, cuando súbitamente rompió la formación y se dirigió al noreste (recordemos que lo mismo sucedió con el MH370 en marzo 2014). No respondió llamadas por radio, ni conectó un dispositivo que hubiera permitido localizar rápidamente al avión mediante el radar. Button desapareció oficialmente de los radares a la 1:40 PM. La fuerza aérea trató de resolver el misterio enviando helicópteros, pequeños aviones y hasta un U-2, avión espía capaz de ver hasta por entre la nubes. Examinaron las montañas en busca de restos del avión pero fuertes nevadas impidieron la búsqueda.
Button era un buen oficial y pilotaba un A-10, una nave lenta pero extraordinariamente segura. Está fuertemente armada, es perfecto para maniobrar en zonas montañosas. Es utilizado para destruir tanques y puede aterrizar casi en cualquier lugar. La pregunta es ¿por qué el joven capitán Button voló hacia el olvido? Aún cuando los restos aparentemente fueron encontrados posteriormente, el enigma no está resuelto ante la conducta de locura del joven piloto y su modo operativo, el cual rompió toda norma militar.
Otros casos asombrosos
Recuerdo mis años de niño, cuando iniciaba mi pasión por el Realismo Fantástico, sucedió un hecho que quedó indeleblemente grabado en mi memoria. Hoy pasados muchos años aún lo recuerdo y créame amigo lector, aún me impresiona.
Sucedió en Santiago de Chile. Allí un Star Dust pidió pista para aterrizar, eran las 5:42 PM del 2 de agosto de 1947. Aquel avión le faltaba escasos 3 minutos para posarse en el suelo. De hecho los operadores de la torre de control sabían que debería estar volando los suburbios de la capital chilena. De pronto el piloto de Star Dust pidió auxilio y pronunció una palabra que hasta hoy resuena como un gran misterio de la aviación. ¡Stendek...!
El controlador le solicitó más explicaciones, pero de nuevo y más desgarradoramente el piloto repitió: ¡Stendek!
La torre no tenía en su código tal palabra, era inexplicable. Luego de esto el avión desapareció. En vano patrullas aéreas y terrestres buscaron. Nadie de los suburbios de Santiago escuchó explosión, ni vio nada que pareciera un accidente. ¿A dónde fue a parar el avión y sus tripulantes? Hace unos meses un grupo de alpinistas en las faldas de la cordillera encontraron restos de lo que se supone fue el Star Dust, pero a unos 80 kilómetros de su posición original, es decir linderos de Santiago de Chile.
Buscando lo increíble investigadores encontraron solo una conexión con el misterio. La palabra misteriosa correspondía a una publicación española que llevaba el mismo nombre “Stendek”, la cual era pionera en aquel país sobre el tema de lo extraño y había publicado profusamente el caso de Kenneth Arnold en junio de ese año, sobre el primer avistamiento de OVNIS de la era moderna
Casi sobre la pista el avión desapareció sin causa alguna.
Como se puede demostrar, en el caso de aviones que desaparecen, estos pierden más tiempo del debido, o arriban a los aeropuertos con retrasos inexplicables. Abordando estos temas y muchos más, los investigadores llevan años a lo largo de los cuales una extensa biblioteca y otro tipo de documentación, les acompaña. De hechoen mi libro “Ovnis Preguntas y Respuestas” – 1999 (agotado 2 ediciones), abordo el tema “Desapariciones misteriosas de aviones en Guatemala”.
Por si fuera poco años después tuvo lugar otra desaparición del avión presidencial, si bien son escasos segundos, tecnológicamente es un hecho inadmisible para los servicios de seguridad de la principal potencia del mundo. ¿Qué es lo que provoca el disturbio? ¿Por qué no hay una explicación satisfactoria? ¿Qué se hace el avión? ¿Se ha verificado si llega con retraso a su destino habiendo mantenido la velocidad y ruta? ¡Misterios, Misterios! EMP